Calidad de la educación

Al leer y escuchar las declaraciones que en este último tiempo se están entregando en torno a la educación, me asalta una preocupación entre todas las que se están manejando: qué estamos entendiendo por educación. Al mirar los distintos planteamientos, en algunos momentos se entiende como lo que nos hace cada vez más personas, pero acto seguido se sigue un lenguaje en el cual se asimila dicho concepto a procesos pedagógicos, y posteriormente se la relaciona con procesos o sistemas de enseñanza-aprendizaje. No deja de llamar la atención que, además, el concepto de educación de calidad se asocia solo a aquello que sucede en las escuelas o instituciones de enseñanza superior, dejando de lado la familia, los medios de comunicación social, y la sociedad en su conjunto. Hay un fuerte reduccionismo, hasta peligroso, en situar lo educativo solo en el ámbito de las instituciones educacionales, dejando de lado todos los aspectos en los cuales la sociedad también tiene un rol relevante... (Pinche leer más o la imagen para seguir leyendo)

| Rafael Mascayano Rafael Mascayano

Al leer y escuchar las declaraciones que en este último tiempo se están entregando en torno a la educación, me asalta una preocupación entre todas las que se están manejando: qué estamos entendiendo por educación.

Al mirar los distintos planteamientos, en algunos momentos se entiende como lo que nos hace cada vez más personas, pero acto seguido se sigue un lenguaje en el cual se asimila dicho concepto a procesos pedagógicos, y posteriormente se la relaciona con procesos o sistemas de enseñanza-aprendizaje.

No deja de llamar la atención que, además, el concepto de educación de calidad se asocia solo a aquello que sucede en las escuelas o instituciones de enseñanza superior, dejando de lado la familia, los medios de comunicación social, y la sociedad en su conjunto. Hay un fuerte reduccionismo, hasta peligroso, en situar lo educativo solo en el ámbito de las instituciones educacionales, dejando de lado todos los aspectos en los cuales la sociedad también tiene un rol relevante.

No niego que la educación que se imparte en los establecimientos educacionales debe ser de calidad, pero hay que tener cuidado en darnos cuenta realmente a qué nos estamos refiriendo con aquellos aprendizajes intencionados y circunscritos a un determinado ámbito. Bien valdría la pena mirar qué estamos haciendo como sociedad al respecto.

La otra noche, en un canal de TV hubo un reportaje sobre discotecas para menores de edad, en las cuales se mostraba la extrema erotización a que se sometía a los niños y niñas que allí asistían. ¿Dónde estaban los padres de esos niños y niñas? ¿Cuál es la responsabilidad que asumimos como sociedad ante esta actividad antieducativa e incluso hasta delictiva?

Ante la fuerza de esta situación, ¿qué posibilidades tienen los profesores de educar en una sana sexualidad?

Se dan aprendizajes tan distorsionados, con tanta fuerza en lo emocional, que impactan hondamente en el subconsciente de los jóvenes, y lo que se pueda hacer con los mejores programas sobre sexualidad tendrá, finalmente, poco impacto en ellos.

Se hace necesaria una reforma mucho más fuerte que la que los jóvenes están planteando, una reforma de la concepción de educación que tenemos como sociedad y cómo vamos todos a trabajar en pos de ese cometido. Tenemos que producir amplios debates en distintos niveles, hacernos responsables cada uno de la tarea que nos compete como padres, como actores sociales, como vecinos, como difusores de medios de comunicación, para ser coherentes con lo que anhelamos: una verdadera educación de calidad que ponga en movimiento la participación ciudadana en este cometido.

Rafael Mascayano Medo
Profesor de Filosofía.
Rector Colegio Santa Cruz de Chicureo, Chile.
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