Comentario de Juan Enrique Coeymans Avaría, ante la pascua de Hernán Krausse.

Despedida a un fundador, Hernán Krausse

Miércoles 13 de enero de 2016 | Juan Enrique Coeymans Avaria
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Hoy murió un gran amigo: Hernan Krausse.

(La misa será el jueves 14 enero a las 11.00 hrs. en Agua Santa y los funerales en el Parque del Mar)

Fue uno de los fundadores del Movimiento de Schoenstatt en Chile, Argentina, Paraguay , Bolivia, Ecuador y Venezuela.

Médico especialista en cancerología para muchos en Viña del Mar donde desempeñó gran parte de su vida profesional.

Fue un médico de los pobres, porque sin que nadie supiera, no les cobraba a las personas de pocos recursos. Lo veníamos a saber mucho después por otras ,personas, jamás por el.
Con él parte un roble de los primeros tiempos de Schoenstatt en Chile y Latinoamérica. Fue un laico consagrado, que optó por el celibato ofrecido a Dios, que lo llevó a entregarse a las personas en un apostolado de acompañamiento y cercanía humana que fue muy fecundo. Sólo que fue hecho sin aspavientos, con fidelidad, y maestría.

La Familia de Schoenstatt le debe mucho, en especial el Schoenstatt de Latinoamérica y de Chile. Cuantos le debemos haber salido de momentos duros con su compañía y consejo. Cuantas conversaciones para soñar con la construcción de un mundo más de acuerdo al querer de Dios en la vida diaria, en el trabajo, en las vinculaciones humanas, sin estridencias, con el silencio propio de Nazareth.

Al partir él, parte alguien que es símbolo de los fundadores de Schoenstatt en Chile. 
El, que fue siempre un fuego ardiente encendiendo los corazones de otros, vivió la cruz de una profunda depresión en sus últimos años, y luego una agonía crucificada de unas semanas finales hasta morir.

Ahora desde el cielo, sin el silencio y las angustias de su último tiempo, con la alegría de estar en la cercanía de Dios Uno y Trino y de María, su querida Mater, de nuestro fundador el Siervo de dios José Kentenich y de todos sus seres queridos y hermanos a quienes tanto ayudó y que ya partieron, nos seguirá ayudando. Ahí con un rostro transfigurado y resplandeciente, el de aquellos que sin hacer ruido, en humilde servicio a los demás entran al gozo de su Señor, pedirá por nosotros los que quedamos, para que un día nos reencontremos en el corazón de Dios que es puro amor y misericordia.

Hernán, como miles y millones de cristianos anónimos en Chile, fue un constructor de la Iglesia, esa tan vilipendiada por los pecados y delitos de unos pocos, pero que se edifica día a día en el amor humano, en el servicio a los que necesitan y rodean, en la generosidad callada y perseverante. 

Ante su partida, no puedo quedar silencioso, y a mis amigos de Facebook no puedo dejar de contarles de alguien que ha sido importante en mi vida y en la vida de muchos cristianos.

Ese es el Chile profundo, que los medios no comunican, pero que construyen la patria verdadera.

Juan Enrique Coeymans

Comentarios
Total comentarios: 1
14/01/2016 - 09:21:06  
Adiós doctor, uno más de los que viven su apostolado en silencio y efectivo. Siento un orgullo tan grande el pertenecer a Schoenstatt, como usted, el padre JKentenich si tiene santos en su grupo al igual que usted.

Veronica lepeley
Buin
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