Evangelio domingo 11 de agosto

Domingo 11 de agosto de 2019 | Juan Enrique Coeymans

11 de AGOSTO del 2019

Evangelio según San Lucas capítulo 12, 32 - 48

Décimo Noveno Domingo del Tiempo Ordinario

No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino. Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla. Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón. Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. ¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlo. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!" Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada". Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?". El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles. El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo. Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más."

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino.

Pareciera que el Señor nos dice: Es curioso como Uds. llevan las aguas para su molino. Cuando digo cosas condenatorias, las conservan con una fuerza increíble y las repiten a todo el que quiera oírlas, pero cuando aparecen palabras de amor como las que aquí comienza este evangelio, se esconden, y pareciera que la fe es fruto del temor, y no de la gratitud por al amor infinito que les tenemos a Uds. y a cada ,hombre. Lo que yo dije ahí, tómenlo en serio. El Padre los quiere cerca suyo y deben gozarse por ese amor gratuito.

Todos los días debiera repetirme a mí mismo que Dios me quiere. Al despertar lo primero debiera ser un corto acto de agradecimiento: simplemente decirle al Señor, Gracias porque me quieres infinitamente. Y en vez de recordarme de la condenación por mis innumerables pecados, debiera recordar la misericordia del Señor, a quien no le importa lo que yo haga, sino el deseo que tenga de estar cerca suyo, porque al igual que al hijo pródigo, me está siempre esperando.

Señor Jesús, Hijo del Padre desde siempre y de María en el tiempo, Dios como el Padre y el Espíritu Santo, pero un solo Dios, te adoro y arrodillo delante de ti para agradecer el amor que me tienen. Señor, haz que mi corazón viva del recuerdo permanente de tu amor, Limpia mi alma en todo momento, para recordar que soy tuyo y te pertenezco, y que el pecado no es hacer solamente cosas malas, sino olvidarse de que somos uno contigo y que te pertenecemos porque nos compraste al precio de tu vida y de tu sangre santísima.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000