Evangelio domingo 12 de enero

Domingo 12 de enero de 2020 | Juan Enrique Coeymans

12 de ENERO del 2020

Evangelio según San Mateo, capítulo 3, 13 - 17

Tercer Domingo del Tiempo de Navidad

Fiesta del Bautismo del Señor

Entonces Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. Juan se resistía, diciéndole: "Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!". Pero Jesús le respondió: "Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo". Y Juan se lo permitió. Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

"Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".

Pareciera que el Señor Jesús nos dice: Mi vida pública comienza con mi Bautismo en el Jordán. Es cierto que yo no necesitaba ese bautismo de conversión que preparaba para el Bautismo en el Espíritu Santo que yo instauraría, y además porque quise hacerme en todo semejante a Uds. excepto en el pecado me bauticé. Ese Bautismo es una aparición de la Trinidad: del Padre que habla, del Espíritu Santo en forma de paloma y Yo que me bautizaba. Lo que el Padre me dice en ese momento, es lo que el Padre le dice a todo hombre cuando es bautizado ahora en el Espíritu Santo.

Las palabras del Padre Dios me emocionan. Jesús es el predilecto, pero cada uno de nosotros por el Bautismo se convierte también en un predilecto, alguien amado infinitamente por el Padre. Que bien me haría si cada día le agradeciera al Padre por su amor de predilección. Pero por superficialidad, por concentrarme en las oraciones de petición, y hay tantas cosas por las cuales pedir, que me olvido de lo más importante: saberme amado por Dios como su hijo predilecto.

Señor Jesús, no te pido nada en este momento, Solo me quedo rumiando las palabras del Padre: Tu eres su Hijo predilecto, y yo por el Bautismo me he convertido también en un hijo predilecto. Te alabo Jesús, a Ti, al Padre y al Espíritu Santo, y bendigo la gracia de haber sido bautizado. Te agradezco desde el fondo de mi corazón por el amor que Tu y la Trinidad me tienen, Por entrar en mi alma cuando estoy en gracia, y hacer de mi propio miserable corazón, un Santuario dela Trinidad.

AMÉN

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