Evangelio Domingo 16 de Febrero de 2020

Además, puedes descargar la Reflexión del Padre Carlos Padilla al final de este Evangelio y meditación.

| Juan Enrique Coeymans/P. Carlos Padilla Juan Enrique Coeymans/P. Carlos Padilla

Evangelio según San Mateo, capítulo 5, 17 - 37

Sexto Domingo del Tiempo Ordinario

No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos. Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio. Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio. Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.

 

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no.

Pareciera que el Señor me dice: la  frase que escogiste, es una de las más  recordadas por Uds. cuando discuten, es quizás una de las que más  recuerdan de la Escritura. Pero eso no significa que Uds. la vivan. Cuanta hipocresía hay muchas veces en las,  afirmaciones que hacen, cuantas vueltas y revueltas para decir que sí pero es un no. Uds, miembros de mi Cuerpo,  tienen que vivir y hablar como viví y hablo Yo. La autoridad moral se edifica sobre una consistencia en lo que se dice.

Nadie se atreve a   negar la fuerza del sí sí y el no no, pero cuando uno se revisa no pocas veces se ha caído en la indefinición que en el fondo es tibieza. Y el Señor condena con fuerza  a los tibios, ( los vomitaré de mi boca dice en el Apocalipsis con toda fuerza). No son palabras para aparentar ser bueno delante de los demás, sino para tener esa paz  del alma, cuando uno sabiéndose pequeño, sin embargo trata de ser fiel en lo que afirma o compromete en la vida.

Señor Jesús, mi Salvador que nos abriste las puertas del cielo al hacerte uno de nosotros en todo igual menos en el pecado.  Te adoro, y te reconozco como Dios, Hijo eterno del Padre e hijo de María en el tiempo. Te pido la gracia de ser consistente en  mi vida. Que mi palabra tenga el respaldo de la verdad y no de la tibieza, y que esté siempre delante de mis ojos. El espíritu de reciedumbre tuyo   Señor, de no jugar con las afirmaciones, sino vivir con rectitud. AMÉN.

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