Evangelio domingo 22 de agosto

Domingo 22 de agosto de 2021 | Juan Enrique Coeymans

22 de AGOSTO del 2021

Evangelio según San Juan capítulo 6, 60 - 69

Vigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario

En aquel tiempo, al oír a Jesús, muchos de sus discípulos dijeron: "Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?" Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: "¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen." Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: "Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede." Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También vosotros queréis marcharos?" Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios".

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

"Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna;

Jesús pareciera decirnos: las palabras de Pedro me emocionaron. Era el momento en que muchos discípulos, cuyos nombres no han registrado los evangelios pensaban retirarse y abandonarme y así lo hicieron. En este tiempo, también Uds. ven que no pocos me han abandonado porque no soportan las caídas de algunos sacerdotes y consagrados. Uds. aférrense a las palabras de Pedro en ese entonces y hoy: el creer en mi es un don porque el cristianismo se fundamenta en mis palabras para vivir una vida más digna y feliz. Crean de verdad que les traigo palabras de vida eterna.

El Señor me ha dado la gracia, aunque sea a pesar de mi pequeñez, de no querer abandonar nunca a Pedro ayer y hoy, que es el Papa. Aunque a veces me cuesta entender y llevar a la práctica lo que digan, he persistido, y se me ha regalado el don de no abandonar nunca a Pedro. Y las frases de Pedro entonces, son unos de los lemas de mi vida personal. Cuando la soberbia de mi parte venga a tentarme, esa frase de Pedro me sostiene y me da fuerzas para no abandonarlo a él y a Jesús.

Querido Señor Jesús: Tu sufriste no solo la cruz, sino el dolor de ver que a personas a las cuales tu querías y mirabas con benevolencia, te abandonaron. No se dieron cuenta de lo fundamental: que Tu eres Dios y hombre, y que ese misterio que sobrepasa nuestra imaginación, es un misterio de gracia, porque entonces tus palabras, pueden ser eficaces y sanadoras. Te pido de todo corazón, que me mires con misericordia, y que mi vida se oriente siempre por las palabras de vida eterna que Tú nos has compartido a los largo de tu corta vida . Señor, que María me eduque para asemejarme a ti.

AMÉN

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