Evangelio domingo 25 de julio

Sábado 24 de julio de 2021 | Juan Enrique Coeymans

25 de JULIO del 2021

Evangelio según San Juan, capítulo 6, 1 - 15.

Décimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario

Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?". El decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan". Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?". Jesús le respondió: "Háganlos sentar". Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada". Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: "Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo". Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

Sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró solo a la montaña.

Jesús nos dice: No me arranqué porque temiera que me iban a hacer daño sino al revés, porque temía que me quisieran hacer rey. Yo no me encarné para ser rey según los criterios humanos, sino para ser rey como lo entendemos en la Trinidad: rey para servir, para amar, para cuidar, para sanar de todas sus debilidades y pequeñeces. Por eso cuando. asuman responsabilidades muy grandes, acuérdense de que forma actuaría yo en esa circunstancia.

La multiplicación de los panes es una de las parábolas más conocidas y recordadas de la Escritura. Y eso me lleva a pensar que no todo lo que brilla es oro. Uno cree que las oportunidades de ser autoridad son como un premio. Pero la verdad son una carga. Y esa carga es la del servicio. En todo amar y servir decía San Ignacio de Loyola, para conducir tengo que sacrificarme, y ver en cada necesitado el rostro sufriente de Jesús que nos grita.

Señor Jesús, te adoro humildemente, te pido perdón por todas las veces en que ser autoridad me ha alegrado como si fuera un premio y no un servicio al cual Jesús llama. Te pido la gracia Señor Jesús, dondequiera que me pidan ser jefe, de ponerme en el caso Tuyo: servir, cuidar, sanar, y no ser servido, sanado y cuidado. Regálame tus ojos de misericordia para mirar las carencias de los demás y satisfacer su hambre de cuerpo y de alma con sencillez.

AMÉN

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