Evangelio domingo 26 de mayo

Domingo 26 de mayo de 2019 | Juan Enrique Coeymans

26 de MAYO del 2019

Evangelio según San Juan, capítulo 14, 23 - 29

Sexto Domingo de Pascua

Jesús le respondió: "El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió. Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.» Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman ! Me han oído decir: 'Me voy y volveré a ustedes'. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él.

Jesús pareciera decirnos: El amor a mí no es un puro sentimiento. Es bueno tener amor sensible, pero la verdad de ese amor, es hacer la voluntad del Padre, que esa es mi palabra. Y no tengan miedo de ser fieles a mi palabra, porque el seguirme es fuente de alegría, el Padre lo amará, y se les hará sentir que los quiere, y vendremos al corazón de Uds. Ahí seremos una sola presencia. La Trinidad estará junto a Uds. en lo más íntimo. Vendré yo con el Padre, y como nos amamos infinitamente, ese amor nuestro es el Espíritu Santo.

Cuando me miro, y contemplo cual es mi fidelidad al Señor, veo que siempre hay algo que interfiere: ese algo es mi gusto, mis ganas, mi propio placer. Y eso me separa de la Palabra de Jesús, y la inhabitación de la Trinidad en mi alma desaparece. Si tuviera presente que lo que importa es hacer la voluntad del Padre manifestada por Jesús, las cosas cambiarían, y no viviría la contradicción de amarlo con el coraz+ono y con palabras pero no con obras concretas.

Señor Jesús, bendito y alabado seas. Me inclino ante Ti, el Hijo eterno del Padre y el hijo de María en el tiempo, y te pido perdón por las innumerables ocasiones en que te he sido infiel, porque he puesto mis intereses, por sobre el querer del Padre. Te pido que como María tu madre, pueda solo vivir para haga siempre lo que Jesús me ha pedido. Manda tu Espíritu hacer siempre y en cada momento la voluntad del Padre, para tener la alegría indescriptible de la presencia d e Dios Uno y Trino en mi alma.

AMÉN

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