Evangelio domingo 7 de abril

Domingo 7 de abril de 2019 | Juan Enrique Coeymans

7 de ABRIL del 2019

Evangelio según San Juan, capítulo 8, 1 - 11

Quinto Domingo de Cuaresma

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
—«Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?» Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: . «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.»
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: — «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?;
¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó: —«Ninguno, Señor.» Jesús dijo: — «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»

Meditación de Juan Enrique Coeymans Avaria

«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»

Pareciera que Jesús nos dice: Yo no ando buscando en que han pecado, pero cuando Uds.. sientan la misericordia del Padre en el sacramento de la confesión, tienen que acordarse de la parte final de esta escena: "en adelante no peques más". Es sano y bueno que Uds. confíen en la misericordia del Padre, pero no pueden ni deben abusar de ella: el propósito de enmienda es fundamental para que la confesión de los frutos que de ella se esperan: no pecar más.

Este evangelio es esperanzador, provisto que el propósito de enmienda lo acompañe con algunos seguros. Si caigo repetidamente en algún pecado, debo tomar las precauciones para no volver a caer. Esta palabra salida del Corazón Misericordioso de Jesús debo aplicarla, sino el sacramento se transforma en motivo de condenación y no de clemencia. Cada uno de nosotros es una adúltera, y merecedores de castigo. Pero Jesús lo que desea es que cambiemos.

Jesús misericordioso y compasivo, te pido la gracia de tomar en serio al el sacramento de la confesión, para que sus frutos se realicen en mi vida: que haga un buen examen de conciencia, acompañado de los seguros que tomaré para no volver a pecar: seguros sencillos pero que extirpen de raíz los pecados en que caigo, d ando la batalla por aquellos que son más importantes y medulares en mi vida personal. Señor, gracias por tu cariño y misericordia, que mirándote crucificado por mí, me esfuerce por devolver tu amor, con un sano espíritu de penitencia.

AMÉN

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