Evangelio jueves 1 de octubre

Jueves 1 de octubre de 2020 | Sebastián Castaño

1° de OCTUBRE del 2020

Evangelio según San Mateo, capítulo 18, 1 - 5

Jueves de la Vigésima Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Santa Teresa del Niño Jesús. Virgen y Doctora de la Iglesia. Memoria obligatoria

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?". Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos"

Jesús parece decirme: aun cuando crezcas quiero que tengas el espíritu de un niño. Si te crees que puedes controlar todo en tu vida, autosuficiente y compites para buscar el reconocimiento de tus pares, entonces difícilmente entrarás en mi Reino. Más bien hazte pequeño como un niño. Porque los niños ponen su toda su confianza en sus padres, los buscan constantemente y se dejan guiar por ellos. Porque el alma de niño le permite aceptar con humildad sus caídas y se deja ayudar por sus padres para levantarse. Los niños aman de forma simple, son fieles y cariñosos, sencillos, dicen la verdad sin trabas, no tienen doble estándar, ni prejuicios. Los niños son puros de corazón.

¿Qué es lo grande que Jesús quiere que cambie y que haga pequeño? En primer lugar, comprender y aceptar que Dios me ama y me busca para darme su mano cada vez que me pierdo o caigo. Esta realidad debo asumirla en toda su real magnitud y supone la humildad para reconocer mis carencias y mi pequeñez frente al Padre. Al mismo tiempo, este evangelio me llama a tener una mirada sobre los "pequeños", es decir, a no olvidar a aquellos que más necesitan y que Jesús me pide que les dé una mano amorosa.

Querido Jesús, regálame la gracia de tener un corazón limpio y alma de niño. Quiero ser dócil a tu ayuda y guía, así como un niño se entrega a sus padres. Perdón Señor por aquellas veces en que no tengo la humildad de aceptar que necesito de tus brazos para levantarme. Ayúdame Jesús a tener presente y a saber reconocer a quienes están necesitados de tu amor y a tener la fuerza para darles una mano amorosa. Regálame la gracia de vivir la infancia espiritual, al igual que Santa Teresita del Niños Jesús cuya Memoria celebramos hoy día.

AMÉN

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