Evangelio jueves 10 de junio

Jueves 10 de junio de 2021 | Sebastián Castaño

10 de JUNIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 5, 20 - 26

Jueves de la Décima Semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"Ve a reconciliarte con tu hermano"

Jesús parece decirme: intenta acoger y perdonar a otros siguiendo el ejemplo y la enseñanza que les he dejado. Así como mi Padre te acoge y te perdona, con amor y misericordia, busca tú también perdonar con amor y misericordia a quienes sientas que te han ofendido. No guardes en lo secreto de tu corazón, ni rencor, ni prejuicios, ni rabia, ni ganas de venganza, porque te llevarán a la tristeza y te alejarán de mi amor. Yo te acepto y te amo tal como eres, a pesar de tus caídas, con tus virtudes y debilidades. Busca tú también hacer lo mismo y ve a reconciliarte con tu hermano.

¿Cuántas veces omito perdonar dejando pasar la oportunidad? Muchas veces cuando nos sentimos ofendidos, no se nos pide perdón. Sin embargo, eso no es motivo para no perdonar. El ejercicio interior de reconciliación con quienes nos pueden haber ofendido supone cumplir lo que Jesús me pide: ir al encuentro y buscar esa reconciliación primero en el corazón. Esto luego me guiará para actuar mejor frente a esa persona y para actuar como el Señor espera de nosotros y nos lo dejó claro en el padrenuestro.

Querido Jesús, sé que me has perdonado muchas veces, incluso sin que yo te lo haya pedido. Tu eres el máximo ejemplo de misericordia y perdón; tú nos enseñaste la ley del amor. Ayúdame a tener un corazón manso para perdonar y la humildad para saber pedir perdón. Enséñame a no guardar rencor y a confiar en el camino de reconciliación que tú me propones. Señor, envía tu Espíritu para que me ayude a perdonar con sencillez y misericordia.

AMÉN

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