Evangelio jueves 11 de julio

Jueves 11 de julio de 2019 | Manuel José Ibáñez

11 de JULIO del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 10, 7 – 15

Jueves de la Décimo Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

San Benito, Abad y Fundador. Memoria obligatoria

Jesús envió a sus doce apóstoles, diciéndoles: "Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes. Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad."

Meditación de Manuel José Ibáñez Aldunate

"Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente."

El Señor pareciera decirnos hoy: "Todo te lo he dado sin pedir nada a cambio. En primer lugar tu vida. Después tu familia, tus amigos y cada uno de los dones que has recibido en estos años. Todo lo que quiero es verte feliz y por eso me doy a mí mismo, sin medida. Te invito a que compartas la alegría y los dones que has recibido de mi parte. Multiplica la gracia que he derramado sobre ti, para que muchos puedan conocerme y ser parte del Reino que les tengo preparado. Entrégate por completo, como yo lo hice, para que tu amor sea más pleno."

Jesús nos invita hoy a hacer algo que va en contra de la lógica del mundo. Nos llama a la gratuidad en el amor. A no esperar nada a cambio. Y su argumento es tan sólido que no hay forma de rebatirlo; todo lo hemos recibido gratis, por lo que debemos entregarlo de la misma forma. Pienso en todas las veces en que he realizado acciones esperando obtener un beneficio (de algún tipo) a cambio. Y sin embargo, las pocas veces en que he entregado mi tiempo o talentos sin esperar compensación, son aquellas en las que más reconozco la presencia del Señor. ¡Qué necesaria es la gratuidad para la construcción del Reino!

Gracias querido Señor por recordarnos la gratuidad de tu amor. Gracias por la vida que nos has dado, sin que hayamos hecho nada para merecerla. Gracias por nuestro mundo, nuestro país y nuestras familias. Te alabamos Señor por tu inmensa bondad, que nos permite compartir los dones que nos has regalado. Te pedimos que nos ayudes a recordar siempre que todo lo que tenemos proviene de Ti, y que sin Ti nada somos. Ayúdanos a darnos por completo a los demás, sin esperar nada a cambio. María, tú que con tu "sí" consagraste tu vida al Señor, sé nuestra guía para entregarnos totalmente.

AMÉN

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