Evangelio jueves 12 de noviembre

Jueves 12 de noviembre de 2020 | Sebastián Castaño

12 de NOVIEMBRE del 2020

Evangelio según San Lucas, capítulo 17, 20 - 25

Jueves de la Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario

San Josafat, Obispo y Mártir. Memoria Obligatoria

Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: "El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: 'Está aquí' o 'Está allí'. Porque el Reino de Dios está entre ustedes". Jesús dijo después a sus discípulos: "Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: 'Está aquí' o 'Está allí', pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: 'Está aquí' o 'Está allí'. Porque el Reino de Dios está entre ustedes"

Jesús parece decirme: recuerda que he venido para traerles la buena nueva de mi Padre. Yo me ofrecí todo a ti y les dejé el Espíritu Santo para que habite entre ustedes. Pero necesito de tu voluntad, de tu fe y de tu corazón para que el Espíritu Santo pueda habitar en ti y tu puedas experimentar verdaderamente el Reino de Dios en la tierra. Dios quiere gobernar en tu corazón, para que des fruto y seas testigo de su amor y misericordia, pero El necesita de tu corazón abierto y limpio para quedarse a vivir contigo. Lucha pues constantemente contra lo que te aleja del Espíritu Santo, contra el pecado que de aleja de Dios.

Para abrir el corazón a la influencia constante del Espíritu Santo necesito de la oración perseverante y cercana con Jesús. Esa oración cercana con Jesús me llena y da fuerza, pero siento que es poco frecuente y eso me hace vulnerable a todos los estímulos exteriores de la vida diaria. Necesito realmente escuchar la voz de Dios para, con la ayuda de María, actuar según la voluntad del Espíritu Santo. Reconozco que mi humana debilidad sólo la puedo fortalecer con la verdadera oración con Jesús y en consecuencia mediante la gracia de Dios.

Querido Jesús, te doy gracias por haberme regalado el Espíritu Santo de Dios desde mi bautismo y por estar siempre accesible a escucharme y hablarme cuando verdaderamente dispongo mi corazón en oración. Dame Señor, la gracia para tener la disciplina y la perseverancia en la oración cercana, para que finalmente seas tú quien gobiernes y guíes mis acciones en el camino hacia el Reino de Dios. Bendito y alabado seas siempre mi Señor y mi Dios

AMÉN

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