Evangelio jueves 14 de octubre

Jueves 14 de octubre de 2021 | Sebastián Castaño

14 de OCTUBRE del 20210

Evangelio según San Lucas, capítulo 11, 47 - 54

Jueves de la Vigésima Octava Semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo a los fariseos y a los doctores de la Ley: "¡Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros. Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: "Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos". Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto. ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden". Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden".

Jesus parece decirnos: no existe nadie que esté por sobre Dios y nadie en el mundo puede monopolizar su imagen, ni tiene la llave para dejar a otros entrar en el Reino. Dios nuestro Padre bueno, está en los Cielos y en los corazones de todos aquellos que lo aman. Lo más importante es amar a Dios teniéndolo presente en tu corazón de manera que tus acciones estén en armonía con el plan que Él quiere para ti. No se confundan, Dios en un Padre Bueno y misericordioso que anhela la paz y no un juez castigador.

La originalidad de cada persona hace que la relación con nuestro Padre Dios sea única, libre, e irrepetible. Debo confiar y cultivar con perseverancia en esta relación única y personal que Dios me ofrece. Esta relación no puede ser impuesta por otros, sino que se cultiva en mi interior. A su vez yo tampoco puedo imponérsela a otros; sólo puedo con mis obras y los frutos que Dios me regala, intentar ser un ejemplo y un instrumento del amor que Dios, Jesus y María tienen por cada uno de nosotros.

Querido Jesus, gracias por mostrarnos el camino hacia el Padre y aclararnos que Dios es un padre bueno y misericordioso que espera pacientemente que correspondamos el infinito amor que Él tiene por cada uno de sus hijos en este mundo. Ayúdame Jesus a entender que las normas sólo sirven si me llevan a amar más a Dios para algún día, con la ayuda de María, lleguemos a compartir el gozo eterno del Reino de los Cielos

AMÉN

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