Evangelio jueves 2 de septiembre

Jueves 2 de septiembre de 2021 | Sebastián Castaño

2 de SEPTIEMBRE del 2021

Evangelio según San Lucas, capítulo 5, 1 - 11

Jueves de la Vigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario

En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes". Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes". Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. ntonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador". El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres". Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

"Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes"

Jesús parece decirme: recuerda que mis tiempos y mis caminos no siempre serán los que tú esperas o los que creas que sean los mejores para ti. Pero no temas, ni te desanimes, Yo quiero tu felicidad verdadera y quiero que estés conmigo siempre. El dolor, los problemas, la soledad, serán parte de la vida, y cuando te toquen vívelos junto a mí con esperanza. También ten cuidado con la falsa alegría o estímulos terrenales que no dejan espacio en el corazón para la fe.

Que grande el corazón de Pedro, fue humilde y dócil, siendo un experto pescador obedece a Jesús cuando no era el momento oportuno para echar las redes. Pedro echó las redes en nombre de Jesús; y su recompensa fue enorme, aunque tal vez diferente a la que él esperaba. Primero, asombrado siente el dolor de su pecado y su debilidad ante Jesús; luego recibe la misericordia de Jesús, y finalmente dejando atrás la pesca y su barca, sigue a Jesús para ser su instrumento.

Querido Jesús, sé que debo acallar mis pensamientos para lograr dejar atrás todo lo que me impide seguirte. Asómbrame, Señor, y no dejes que mis cálculos mundanos o mi autosuficiencia me impidan verte a lo largo de mi vida. Anhelo un corazón dócil y atento a tu voluntad, y la humildad y fuerza para seguirte. Así podré compartir los frutos que tú me regalas y así ser un digo testimonio de tu amor y misericordia. Bendito seas Señor.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000