Evangelio jueves 21 de noviembre

21 de NOVIEMBRE del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 12, 46 – 50.

Jueves de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario

La Presentación de la Santísima Virgen María. Memoria obligatoria

Jesús estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte". Jesús le respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?". Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".

Meditación de Ignacio Suazo Zepeda

"Estos son mi madre y mis hermanos"

María parece decirme: ese día sentí un gran dolor, en medio del cual fue sembrada la más grande de las alegrías. Dolor, pues fui públicamente rechazada por mi hijo. Él, cuya vida lo es todo para mí, no parecía tener la misma deferencia hacia mí. Pero ese dolor es aparente, pues nuestro vínculo por la carne está dado por un vínculo espiritual, que lejos de oponérsele, le entrega sentido, lo eleva y lo perfecciona. Hijo mío: nuestro vínculo carnal está asegurado por una completa conformidad a los deseos y al querer del Eterno Padre Dios. Esa es la base del más hondo de los vínculos humanos.

Vivimos una de las crisis más profundas que hemos experimentado alguna vez como país, no me cabe duda. Y esto que me dice María es la respuesta más contundente que se puede dar al respecto. No se trata de una respuesta inmediata, que duda cabe. Pero si orgánica y profundamente integral ¿Por qué? Porque hace referencia al origen de vínculos sanos; verdaderamente sanos. Es en el corazón del Padre Dios en que nos podemos experimentar verdaderamente los unos en los otros. Incluso con personas que no conozco. Es en el corazón del Padre Dios en que la palabra «Chile» resuena a «hermano».

Matercita, te pido cultivar esta actitud que Jesús, en su actitud siempre pedagógica, nos quiso enseñar a través tuyo: la verdadera raíz de los vínculos. El estar con el otro puede significar muchas veces asperezas, incomprensiones e incluso dolor. Todo eso se vuelve contingente y relativo si está lo esencial, a saber, una apertura y cobijamiento en el querer del Padre Dios. En nuestro Chile se viven días de rabia, incomprensión y violencia. Un lúcido cultivo de arraigo en el corazón del Padre Dios es sin duda el origen de la verdadera superación de todas estas dificultades.

AMÉN