Evangelio jueves 21 de octubre

Jueves 21 de octubre de 2021 | Sebastián Castaño

21 de OCTUBRE DEL 2021

Evangelio de San Lucas capítulo 12, 49 - 53

Jueves de la Vigésima Novena Semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo a sus discípulos: Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!

Creo que el Señor me dice: "Anhelo que mi vida, mi enseñanza, mi Palabra y mi cruz sean para ti importantes y trascendentales. Así, esa luz y chispa que recibiste en tu bautizo podrá arder y crecer en tu corazón hasta el día de tu muerte... y que ese fuego sea para ti fuente de vida y de energía para actuar según el amor de Dios Padre... caridad, misericordia, bondad, alegría, agradecimiento sean para ti características a conquistar día a día. Ruega a tu Padre que está en el Cielo para que ese fuego nunca se apague y que siga vivo dentro de ti eternamente."

La Palabra de Dios no es fácil de cumplir y eso nos causa tensión interior. Jesús nos pide un amor a fondo, no tibio; un sentimiento profundamente anclado en nuestro corazón. Caridad es lo que Dios espera de nosotros. Pero nuestra naturaleza humana nos hace caer una y otra vez ante la luz de su Palabra. A través de esa luz del fuego ardiente, podemos descubrir qué es lo bueno y lo malo: discernir el camino que Dios tiene preparado para nosotros. Si no arde el fuego de Dios en mi corazón, fácilmente puedo perder el rumbo y olvidar la caridad.

Querido Señor, gracias por regalarnos tu Palabra. No permitas que me quede indiferente o tibio ante ella y dame la fuerza para superar la división que tu Palabra provoca en mi corazón. Que por la intercesión de la santísima virgen María el fuego de tu Palabra arda dentro de mí, para vivir con pasión y alegría el ser cristiano. Ayúdame Señor a saber compartir a otros tu Palabra y no permitas que me aparte de la caridad.

AMÉN

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