Evangelio jueves 3 de octubre

Jueves 3 de octubre de 2019 | Ignacio Suazo

3 de OCTUBRE del 2019

Evangelio según San Lucas, capítulo 10, 1 – 12.

Jueves de la Vigésima Sexta Semana del Tiempo Ordinario

El Señor designó a otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!" y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a sus enfermos y digan a la gente: "El Reino de Dios está cerca de ustedes". Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: "¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca". Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad".

Meditación de Ignacio Suazo Zepeda

"Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha"

María parece decirme: por cierto, que debes actuar y anunciar el Reino. Puedes hacerlo en tu ambiente: en tu trabajo, entre tus amigos y en los proyectos y apostolados en los que te involucras. Todo eso está bien. Pero mi Hijo te pide algo más: que reces. Reza no sólo por tus intenciones y por quienes te rodean. Pide también por nuevas vocaciones misioneras. Que surjan en todas sus formas y en todos los lugares. Recuerda que la misión de mi Hijo no terminará hasta que Su Palabra no sea anunciada en todos los rincones y entre todos los pueblos.

El tema de la misión no es algo que tenga muy presente, al menos en el sentido de anuncio de la Palabra. Entiendo que un misionero no es sólo aquel que se va por un tiempo indeterminado a promover la fe en pueblos no cristianos. De hecho, en Schoenstatt solemos asociarla a maneras de mantener viva la fe en países con fuertes procesos de descristianización. Sea un caso o el otro; sea realizado por laicos o por consagrados; sea en países ricos o pobres, lo cierto es que se necesitan proyectos misioneros y quienes los realicen. Y yo puedo ayudar a rezar por ellos.

Mater, rezar por las misiones no es una locura mía: tu Hijo me lo pide hoy en su Evangelio. Quiero anotarlo en mi lista de oración y tenerlo especialmente presente durante estos días ¿Por qué rezaré en concreto? En primer lugar, por la propia dimensión misionera de mi vocación. Luego y sobre todo, para que Dios suscite este impulso en otros. Tú que eres Reina de los Apóstoles ¡Enséñame a rezar por las misiones como Dios y Jesús lo quieren! Te lo pido como hijo tuyo y en la fuerza de nuestra Alianza de Amor.

AMÉN

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