Evangelio jueves 5 de diciembre

Jueves 5 de diciembre de 2019 | Ignacio Suazo

5 de DICIEMBRE del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 7, 21. 24 – 27.

Jueves de la Primera Semana de Adviento

"No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".

Meditación de Ignacio Suazo Zepeda

"(...) un hombre sensato que edificó su casa sobre roca"

María parece decirme: hijo mío, tú eres casa que debe ser construida. Casa que acoja y de refugio a otros. Para que esa casa sea sólida y cumpla su cometido, recuerda ponerla siempre al amparo de la Iglesia: la cuestionada y vapuleada; la que sigue transmitiendo y haciendo vida estas palabras. Por ella te ampararás en Cristo, la roca firme en que puedes fundar sin temor todos tus proyectos y anhelos. Sin el fundamento de mi Hijo, no llegarás a ninguna parte.

En el Evangelio de hoy, Cristo me llama a poner sus palabras en práctica. María, por su lado, me recuerda que para que esas palabras sean vida, siempre debo recurrir a la Iglesia. Sé que puedo ir a mi grupo de Schoenstatt, a misa y participar en actividades piadosas y no cambiar mi vida. Puedo, en efecto, ser un católico los domingos y un pagano en la semana. Pero en buena parte, eso me ocurrirá si en el fondo no le creo a la Iglesia. Si creo que sus mandamientos son realmente vida y que estos pueden ser puestos en práctica.

María, todo me procede de Dios. En último término, es Él quien construye la casa en mí y si en algo logro ser fiel a sus mandamientos es por la acción de la gracia. Pero la gracia presupone la naturaleza: madre, yo sé que Dios no puede actuar donde no hay una voluntad dispuesta a recibir esa gracia. Mi naturaleza, mi débil naturaleza, puede ser regenerada, por muy caída y doblada que se encuentre, si dejo actuar a la Gracia. Por eso ¡Te pido esperanza! Esperanza en que puedo vivir lo que la Iglesia me manda, para así poder transmitir esa misma esperanza a los demás.

AMEN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000