Evangelio jueves 8 de julio

Jueves 8 de julio de 2021 | Sebastián Castaño

8 de JULIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 10, 7 – 15

Jueves de la Décimo Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo a sus apóstoles: Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente. No lleven encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes. Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad.

Meditación de Sebastián Castaño Fueyo

Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.

Jesús parece decirme: Anda y da testimonio del amor que Dios Padre te ha regalado. No te pido grandes obras, ni necesitas un montón de sabiduría, ni tampoco preocuparte tanto de cómo lo harás. Sólo te pido un corazón abierto a darse por otros, sin cálculos y sin egoísmo. Está atento con esos simples y sencillos actos: acercarte al que está pasando un momento difícil, dar al que te pide, servir humildemente, ser agradecido de la vida, transmitir alegría y paz... son actos de humildad y de entrega desinteresada que darán testimonio de mi presencia en tu corazón.

Generalmente podemos estar más centrados y preocupados de nosotros mismos, de las cosas materiales y de nuestros problemas. El peligro está en olvidar que Jesús nos propone una vida centrada en lo fundamental: el servir a otros para dar gloria de Dios. ¿Cuál es el testimonio que transmito a los demás? Creo que si me preguntara más seguido qué haría Cristo en mi lugar, y luego tener el valor de actuar en consecuencia, podría acercarme más a lo que Dios quiere de mí.

Querido señor Jesús, tú que fuiste el ejemplo máximo de entrega por nosotros, te pido me ayudes a no olvidar el llamado que me haces de ser verdadero apóstol tuyo mientras camino por esta vida que tú me regalas. Ayúdame a no perderme entre el quehacer del día a día, sino a encontrar, precisamente en esos momentos, la oportunidad de reconocerte en el otro y a tener la fuerza y confianza para poder salir a tu encuentro en el amor fraterno y generoso.

AMÉN

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