Evangelio lunes 12 de julio

Lunes 12 de julio de 2021 | Bernardita Marín

12 de JULIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 10, 34 – 42.11.1.

Lunes de la Décimo Quinta Semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo a sus apóstoles: "No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo. Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa". Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.

Meditación de Bernardita Marín Paul

"No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra"

Creo que el Señor me quiere decir: Te invito a conocer Mi paz, camino de lucha. La espada es la fuerza de la convicción en Mi amor, que implica renunciar al mal y elegir bien, dejar el egoísmo y comodidades y decir siempre la verdad. Esto te perturbará y traerá conflictos, divisiones, en tu interior y a tu alrededor. La recompensa seré Yo, y Mi paz, porque el que me busca siempre me encuentra. Y el seguimiento a mi evangelio no será sin dificultades y dolores.

Siempre he sentido y creído que el camino de Dios es el más difícil, porque implica consecuencia de vida, fidelidad, generosidad, constante entrega, esfuerzo permanente, en la crianza, en el trabajo que no para. Puedo decir, que todo esto me cuesta mucho, pero llegada la noche, el corazón se me ha repletado de amor. Me siento plena, feliz de vivir y veo como el amor de Dios, transforma lo cotidiano y las dificultades en un camino al cielo y a la plenitud. La recompensa que tengo, es el encuentro con El. La lucha ya la di, ahora descanso en El.

Padre Dios, Tú que todo lo puedes, haz que todas mis luchas tengan el sentido de amarte más. Dame la sabiduría de un hijo tuyo que conoce al padre y busca como amarlo a diario a través de las dificultades. Quiero que Tu alegría y amor sean las espadas que deshagan a todo adversario, al enemigo. Esas son las verdaderas armas que nos permitirán vencer y así tenerte y tener Tu paz, Señor quédate junto a nosotros y junto a Jesús y el Espíritu Santo. El amor trinitario sea mi fuerza y mi alegría. 

AMÉN

 

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