Evangelio lunes 16 de marzo

Domingo 15 de marzo de 2020 | Magdalena Fernández

16 de MARZO del 2020

Evangelio según san Lucas, capítulo 4, 24 - 30

Lunes de la Tercera Semana del Tiempo de Cuaresma

Después agregó: "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio". Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.

Meditación de Magdalena Fernández Perez

"Pasando en medio de ellos, continuó su camino"

Jesús me dice: no pierdo mi tiempo con quienes no están dispuestos a recibirme. Entrego mi Palabra y dejo la puerta abierta, pero no me quedo ahí insistiendo. No rechaces a quienes no te recibe. Acércate, pero si al pasar entre ellos no eres bien recibida, continúa tu camino. Quiero que sigas mi camino, pero siempre que te haga sentido y te haga crecer. No insistas en algo que te aleje de Mí. Y no olvides que el principal signo de mi Presencia es la Paz. Si luego de estar con alguien o de hacer algo no sientes paz en tu corazón, algo anda mal.

Muchas veces me obligo a hacer algo porque "me acerca a Dios", pero en realidad me va agobiando y alejando de Él lentamente. Si bien la vida de fe implica disciplina y un esfuerzo de la voluntad, no puede bajo ninguna circunstancia generar angustia. No tiene sentido... si no me trae paz, pues no viene de Dios. Muchas veces me agoto en este esfuerzo de "hacer cosas buenas" y me olvido de escuchar a mi cuerpo y de buscar a Dios en esto. Y puedo ver, en perspectiva, el golpe que estos momentos le han dado a mi fe.

Señor, que no me olvide de disfrutar de tu Amor. Ayúdame a ver cuándo me esté llenando de exigencias equivocadas, y no permitas que este error me aleje de ti. Enséñame a distinguir la diferencia entre disciplina y sobre exigencia, y recuérdame la importancia del autocuidado y del amor propio. Que mi vida sea siempre un canto de Amor, que comience en y se dirija hacia Ti. Dame la templanza para poder pasar entre quienes rechazan tu Amor, y la sabiduría para reconocer cuándo es prudente continuar mi camino.

AMÉN

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