Evangelio Lunes 17 de Febrero

Evangelio según San Marcos, capítulo 8, 11 - 13

Lunes de la Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Entonces llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con Él; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del Cielo. Jesús, suspirando profundamente, dijo: "¿Por qué esta generación pide un signo? Les aseguro que no se le dará ningún signo". Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla. 

Meditación de Magdalena Fernández Pérez

“Para ponerlo a prueba”

Jesús me dice: El mundo está lleno de signos de mi Amor por el hombre. La Creación entera es una gran prueba de mi Amor. ¿Por qué te empeñas en ponerme a prueba? ¿En condicionar tu fe y tu amor a lo que recibas de mi parte? Abre los ojos y verás que estás rodeada de mi Amor. Morí por ti, y lo hago cada día. Por eso me duele tanto cuando dudas de Mí y de mi Misericordia al no ver cumplidos tus deseos. Te invito a salir de ese egocentrismo, y en lugar de pedir por lo que no hay, empieza a observar y agradecer cada cosa, persona y situación

Ayer escuché la siguiente frase: “Dios no cumple tus planes sino que sus Promesas”. Cuantas veces he caído en el error de “poner a Dios a prueba”, y a desilusionarme de Él al ver que no cumple mis peticiones. Dios vuelve a recordarme que no es un supermercado, sino que un Dios de Amor. Que cada día y en todo momento camina conmigo, y se entrega por mí. Quiero recordar que la vida es un regalo de Dios y que debo vivirla como tal. Abandonar esa falsa noción de que “se me debe algo”, y abrazar los dones que se me dan cada día.

Señor, gracias por haberme creado. Gracias por cada momento que me regalas día a día… Me faltaría tiempo para enumerarlos. Que cambie mi mirada y deje de dar tanta importancia a la falta… y que te permita ser Dios. No puedo tener una verdadera y profunda unión contigo si me relaciono como si fueras una caricatura. Que soberbia la de pensar que todo un Dios existe solo para satisfacer mis necesidades. Que no olvide nunca que Tú sabes mejor que nadie lo que hay en mi alma y aquello que necesito para llegar a la felicidad plena. AMÉN.