Evangelio lunes 18 de noviembre

Lunes 18 de noviembre de 2019 | Magdalena Fernández

18 de NOVIEMBRE de 2019

Evangelio según San Lucas, capítulo 18, 35 - 43.

Lunes de la Trigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario

Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret. El ciego se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!". Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!". Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". "Señor, que yo vea otra vez". Y Jesús le dijo: "Recupera la vista, tu fe te ha salvado". En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.

Meditación de Magdalena Fernández Pérez

"Lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte"

Jesús me dice: cuántas veces tu ceguera te pierde al lado del camino. Aprende del ciego de Jericó. Sin importar su condición, grita con fuerza. No me ve, sólo sabe de Mí por lo que ha oído de otros. Pero esto no lo acalla. Tampoco consiguen callarlo quienes le rodean, ni el temor al ridículo. Por un momento olvida todo, nada le importa más allá de captar mi mirada. Si este hombre, sin haberme visto ni oído, es capaz de gritar mi Nombre... ¿Cómo vas a esconderte cuando tienes ocasiones de defenderme? ¿A negarme para evitar que te miren mal?

El domingo pasado no me atreví a decir que iba a Misa. ¿Qué clase de cristiana soy, si no me atrevo a reconocer lo más sencillo y fundamental de mi fe? Hoy en día, cuando todo es aceptado... "Tu verdad, mi verdad" ... "si te hace feliz, bienvenido sea". ¿Pero no habrá una inclinación hacia aceptar ciertas corrientes teóricas, ideológicas y religiosas? Sabemos la respuesta. Pues me siento en las afueras de Jericó, al borde del camino. Cierro mis ojos, olvido todo lo que me rodea y grito, junto al ciego, "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de Mi!".

Señor, que nunca me vuelva a avergonzar de decir tu Nombre. Tu palabra le da sentido a mi vida, y cada ocasión en la que me callo es una ocasión menos para regalar algo valioso a quienes me rodean. ¿A qué le tengo miedo? Quiero vivir bajo la lógica de tu Amor. Que mi principal objetivo en esta vida sea dar y recibir tu Amor. Y que el rechazo de otros avive mi fe, y me haga gritar más fuerte tu Nombre. Ten compasión de mí, Señor, y enciende mi fe, mi esperanza y mi Amor.

AMÉN

Comentarios
Total comentarios: 1
18/11/2019 - 08:39:02  
CADA VEZ EN LA MAÑANA AL LLEGAR A MI TRABAJO, LUEGO DE LEER EL EVANGELIO, QUE YA ES UNA NECESIDAD PARA COMENZAR EL DÍA, VUESTROS COMENTARIOS ME ASOMBRAN TAN LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO COMO INFLAN MI CORAZÓN, QUE DIOS LOS BENDIGA!!, GRACIAS!

ANDREA TRIGO
salamanca
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