Evangelio lunes 21 de octubre

Lunes 21 de octubre de 2019 | Magdalena Fernández

21 de OCTUBRE de 2019

Evangelio según San Lucas, capítulo 12, 13 - 21

Lunes de la Vigésima Novena Semana del Tiempo Ordinaria

Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre Uds.?". Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'. Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'. Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios".

Meditación de María Verónica Muñoz de Bascuñán

¿Y...para quien será lo que has amontonado?

Jesús nos dice: ¿No han comprendido cual es la verdadera riqueza para Dios? Es la acumulación del amor derramado en esta tierra. La caridad con el hermano, compartir lo que se tiene. Sean desprendidos, libérense de las ataduras terrenales, de la codicia, del acaparar sin medida ya que no saben ni el día ni la hora en que serán llamados a dejar este mundo y solo irán con lo bueno que han sembrado. Sean generosos La verdadera felicidad está en esa libertad que da el despojarse y por esa capacidad de amar sin miramientos propios.

Me fascina este evangelio. Me aligera la carga pesada que voy acumulando. Me cuesta desprenderse de algunas cosas que he atesorado y dado un valor sentimental, pero cuando alguien me pide después de alguna tragedia o escasez olvido la importancia de éstas y las dono feliz. Luego nuevamente viene ese sentido de culpa que me acompaña cada vez que vemos necesidad a nuestro lado .¿Cómo superar esa flaqueza? Superando el permanente esfuerzo por tener más cosas materiales y preocuparme de mi verdadero equipaje, ese que me llevaré al cielo.

Señor Jesús, ayúdame a enamorarme más de mis logros espirituales que de los materiales. Hazme vivir diariamente un estilo de vida acorde al amor que te tengo y a mi promesa en la alianza de vivir más sencillamente. Quiero serte fiel. Ayúdame a despojarme de lo terrenal que me ata y me distrae de tu camino ya sea por la ambición o vanidad. Que en mi pequeñez humana te encuentre y me eduque más en la austeridad. Que la Virgen María sea mi modelo para repartir paz, amor, alegría con sencillez y humidad.

AMÉN

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