Evangelio lunes 23 de marzo

Lunes 23 de marzo de 2020 | Magdalena Fernández

23 de MARZO de 2020

Evangelio según san Juan, capítulo 4, 43 - 54

Lunes de la Cuarta Semana del Tiempo de Cuaresma

Transcurridos los dos días, Jesús partió hacia Galilea. El mismo había declarado que un profeta no goza de prestigio en su propio pueblo. Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la Pascua; ellos también, en efecto, habían ido a la fiesta. Y fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía su hijo enfermo en Cafarnaúm. Cuando supo que Jesús había llegado de Judea y se encontraba en Galilea, fue a verlo y le suplicó que bajara a curar a su hijo moribundo. Jesús le dijo: "Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen". El funcionario le respondió: "Señor, baja antes que mi hijo se muera". "Vuelve a tu casa, tu hijo vive", le dijo Jesús. El hombre creyó en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Mientras descendía, le salieron al encuentro sus servidores y le anunciaron que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora se había sentido mejor. "Ayer, a la una de la tarde, se le fue la fiebre", le respondieron. El padre recordó que era la misma hora en que Jesús le había dicho: "Tu hijo vive". Y entonces creyó él y toda su familia. Este fue el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.

Meditación de Magdalena Fernández Pérez

"Y se puso en camino"

Jesús me dice: no basta con creer. La fe implica un movimiento, ponerse en camino. Mi Palabra no debería dejarte inmóvil ni indiferente, debería llevarte a compartir, entregar, preocuparte por tus hermanos y acercarte, cada vez más, a mi Amor. En estos días de cuaresma quiero que te tomes el tiempo de pensar la siguiente pregunta: ¿qué implica para ti ser cristiana? ¿De qué manera te pones en camino después de oír mi Palabra? No olvides que para que este camino sea posible, es necesario que primero te encuentres conmigo.

Me cuesta pensar en ponerme en camino en estos días en los que me piden estar en casa. Dios me llama, por algún motivo, a parar, a encontrarme con Él para poder recargarme y caminar con más energía. Quiero poner los medios para que este encuentro sea posible durante estos días, y aprovechar el silencio y la pausa para repensar mi vida. Quiero abrazar todo lo que está pasando en el mundo y aprovecharlo como un momento para reflexionar. Cuánta gente vive en situaciones infinitamente peores, y qué hago yo al respecto. Poco y nada.

Señor, te ofrezco mis sufrimientos y sacrificios. Cuánta gente pasa hambre, tiene miedo, vive día a día en la incertidumbre... te pido por cada persona que sufre. Enséñame a no quedar indiferente frente al dolor. Que sepa reconocerlo y ponerme en camino. Te entrego mi vida, úsala para aliviar el dolor de quienes sufren. Ayúdame a mantenerme cercana a Ti, para saber cuándo y de qué manera debo ponerme en movimiento. Gracias por todo lo que me has dado... te pido que me enseñes a ponerlo al servicio de mis hermanos.

AMÉN

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