Evangelio lunes 28 de junio

Lunes 28 de junio de 2021 | Bernardita Marín

28 de JUNIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 8, 18 - 22.

Lunes de la Décimo Tercera Semana del Tiempo Ordinario

San Ireneo de Lyon, Obispo y Mártir. Memoria obligatoria

Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla.
Entonces se aproximó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré adonde vayas". Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos".

Meditación de Bernardita Marín Paul

"Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos".

Siento que Jesús me quiere decir: La decisión de seguirme es una decisión radical y personal, no a medias e implica, un cambio de vida, de prioridades, magnitudes y decisión. Yo soy vida hoy y mañana, no muerte ni tinieblas. No te quedes ahí, pegado a los dolores arrastrados, ahí no estoy Yo. Ni tampoco estoy en tus inseguridades, deberes infundados y egoísmos. Dale una nueva luz a la existencia y sale ya. Yo vine a mostrarte mi amor por ti, que te perdona en todo, te acompaña y comprende. A través mío podrás darle vida a tu vida y vida eterna.

Esta lectura me lleva a salir adelante y a no quedarme pegado en cuestiones del pasado. Todos tenemos dolores por no haber hecho las cosas mejores o por no lograr tener mejores relaciones con personas que queremos, siento que eso ya fue, no más lastre, salgamos a amar como corresponde, entreguémonos al que nos necesita. Dios es vida y vida alegre. Perdonémonos el pasado y vivamos el presente en plenitud. No quiero concentrarme en el pasado.

Señor quiero dejar atrás mi dolor por no lograr amar o respetar como tu lo sabes hacer, por no lograr que mi forma de amor traspase a otros, quiero sentir tu perdón, porque me cuesta llevarlo, porque me duele mucho, se que tu no eres dolor. ¡Eres paz! quiero seguirte y vivir la alegría de ser hija tuya, a pesar de toda mi humanidad. Desprenderme de mis faltas, perdonarme de verdad, porque yo sé que Tú ya lo hiciste. Que esperanza tengo al ver esta luz de poder volver a nacer, dejando mi carga al amor de Dios. Gracias Señor, por lo expresado. Y por la luz que me has entregado.

AMÉN

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