Evangelio lunes 30 de enero

Domingo 29 de enero de 2023 | Bernardita Marín Paul

30 DE ENERO DEL 2023
Evangelio según San Marcos capítulo 5, 1 - 20
Lunes de la Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro. El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo. Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él, gritando con fuerza: "¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!". Porque Jesús le había dicho: "¡Sal de este hombre, espíritu impuro!".
Después le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?". El respondió: "Mi nombre es Legión, porque somos muchos". Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región.
Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña. Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: "Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos". El se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara -unos dos mil animales- se precipitó al mar y se ahogó.
Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué había sucedido. Cuando llegaron adonde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se llenaron de temor.
Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos. Entonces empezaron a pedir a Jesús que se alejara de su territorio.
En el momento de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con él. Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: "Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti". El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.

Meditación de Bernardita Marín Paul.

Jesús le había dicho: "¡Sal de este hombre, espíritu impuro!".

Creo que el Señor me quiere decir; el mal oprime, esclaviza a las personas, quiero liberarte y mostrar mi poder sobre el mal y devolverte así, tu dignidad y la armonía del Espíritu. No vayas contra tu propia esencia, que es pura, sana y fue hecha a mi imagen y semejanza. El mal se vale de cualquier herida para entrar y que reinar, llegando el odio, celos, diferencias. Reacciona, sana tus heridas, no dejes que nada te separe de Mi o enemiste de tu hermano. Si deseas, puedo ser tu escudo. Déjame protegerte.

Cuando la tristeza toma mi vida, percibo que es el mal el que ha tomado terreno, como él sabe hacerlo. Debo parar, invocar el Espíritu Santo y volver a la armonía que se produce en la presencia del Señor, que da el amor de Dios y su Espíritu puro. Conozco mis heridas y sé por dónde me pueden atacar, invadiéndome la desesperanza y la falta de libertad. Enfrentar y dar un giro es lo que me apura y lo logro en la oración amorosa y cercana con mi Padre protector.

Señor te quiero pedir que me ayudes a no permanecer alejada de Ti, que mi conciencia reaccione cuando sea evidente la separación a tu Espíritu. Quiero ser fuerte y segura para enfrentar lo que me depara la vida y que solo pretende alejarme de ti. Te pido Señor de todo corazón que nada pueda en contra del gran amor que te tengo, que la unidad reine en mi mente y cuerpo. Eres el más grande y nada podrá nunca derrotarte. Que así sea Señor.

AMÉN.

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