Evangelio lunes 5 de julio

Lunes 5 de julio de 2021 | Bernardita Marín

5 de JULIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 9, 18 – 26

Lunes de la Décimo Cuarta Semana del Tiempo Ordinario

Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: "Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá". Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto, pensando: "Con sólo tocar su manto, quedaré curada". Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: "Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado". Y desde ese instante la mujer quedó curada. Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo: "Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme". Y se reían de él. Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó. Y esta noticia se divulgó por aquella región.

Meditación de Bernardita Marín Paul

"Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado"

Creo que Dios me quiere decir: Te llamo hija, porque soy tu Padre, que te cuida, te protege, junto a mi nada va a estar mal, todo pasará, yo me quedaré contigo. Ten confianza, descansa en mí, soy Yo el que te lleva de la mano. Tu fe, fidelidad, constante, búsqueda de la verdad y del verdadero amor, el solo hecho de querer estar conmigo y buscar Mi Reino, te ha salvado, puedes ya gozar. Ese reino está en ti, aquí y ahora, ya que tú y Yo somos uno unidos por el amor.

Que alegría me da tener este gran Padre, poderoso infinitamente bueno, protector y misericordioso. ¡¡Que me dice que mi fe basta!! Su amor me llena, me da la Paz que necesito. Se que, con solo decir Señor, ahí está y él me cobija y llena. Humanamente lo necesito, porque mi debilidad es grande. La armonía, el equilibrio y la plenitud se me van, desaparecen, porque no he llegado al fondo de la experiencia con Dios, en donde mi ser y el Padre Dios son uno-.

Quiero mi Señor tener una fe libre, fuerte, que todo lo ilumine. Se que puedo tenerla, porque Tú me la das. Quiero abordar esto con mucha paz y tranquilidad, los tiempos de Dios son perfectos y yo debo estar disponible. Su camino es tranquilo, pacifico, lleno de esperanza y de amor. Tú me das lo que necesito a cada segundo. Permíteme Señor seguir caminando, tranquila, tener la seguridad que vas conmigo y sentirme apta para Ti, mi Señor

AMÉN

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