Evangelio lunes 6 de abril

Lunes 6 de abril de 2020 | Magdalena Fernández

6 de ABRIL del 2010

Evangelio según san Juan, capítulo 12, 1 - 11.

Lunes Santo

Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado. Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales.
María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: "¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?". Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella. Jesús le respondió: "Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre". Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado. Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús, a causa de él.

Meditación de Magdalena Fernández Pérez

La casa se impregnó con la fragancia del perfume

Dios Padre me dice: hija mía. Deja que mi Amor entre en tu casa. Así como la fragancia del perfume impregnó toda la casa, quiero entrar en tu vida y llenar cada rincón. Trae tus preocupaciones y miedos, lo que te apena y molesta, tus alegrías y proyectos. Mi Amor no se limita a espacios, lo impregna todo. Solo te pido que me dejes entrar. Y que así puedas ser mi instrumento, entregando mi Amor en cada cosa que haces. Quiero que todo se llene de mi perfume.

Puedo imaginar el olor del perfume de María, impregnando toda la casa. A veces limito a Dios a ciertos espacios de mi vida, pensando equivocadamente que ciertas cosas o actividades "no le interesan", o "no le corresponden". Pues hoy Dios me invita a compartirlo todo con Él... incluso las cosas que parecieran no tener importancia. Me cuesta aceptar que un Dios Todopoderoso pueda preocuparse de las pequeñas cosas de mi día a día. Pero es así... esa es la maravilla de su Amor.

Señor, que tu Amor impregne mi vida completa, como el perfume con el que María ungió tus pies. Que todo lo que haga, diga y piense venga de Ti, y deje esa fragancia fresca de tu Amor. Te pido que me acompañes en estos días y me enseñes a entregarme de una manera más plena. Te entrego mi vida para que puedas transmitir tu Amor a quienes me rodean. Ayúdame a mantenerme fuerte y alegre frente a la adversidad, y a saber abandonar en Ti mis miedos, preocupaciones y tristezas.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000