Evangelio lunes 6 de septiembre

Lunes 6 de septiembre de 2021 | Bernardita Marín

6 de SEPTIEMBRE del 2021

Evangelio según San Lucas, capítulo 6, 6 - 11.

Lunes de la Vigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario

Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: "Levántate y quédate de pie delante de todos". Él se levantó y permaneció de pie. Luego les dijo: "Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?". Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su mano quedó curada. Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.

Meditación de Bernardita Marín Paul

Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo"

Creo que Dios me quiere decir; una de las actitudes que más te aleja de Mí, es la hipocresía, el querer aparecer como buena o justa ante los demás, miras y juzgas siempre la actitud del otro, para condenarlo o hablar mal de él. No te has dejado transformar por Mi amor, por lo que buscas culpables a esa inquietud o infelicidad. Déjate completar y llenar de amor cada rincón de tu corazón, así de tu boca saldrán palabras de unión y podrás mirar al otro solo ternura, sin juicio y no importarán sus errores, caídas o defectos.

Me siento retratada en estas personas, tantas veces busco en otros la causa de mi pesar, de mi inquietud, de mi infelicidad e inseguridad, sin reparar, que todo eso que estoy viviendo o siento está en mí y no fuera. ¡Es falta de amor! El aparentar y culpar, se ha vuelto una actitud casi inconsciente y permanente que responde a la necesidad de sentirme aceptada y querida. Cuantas veces, apunto con el dedo la debilidad o error del otro. ¡Qué lejos estoy de vivir el amor de Dios!

Señor Dios, permíteme tener la convicción de Tu amor, que llenará todos mis lugares oscuros y así podré amar y respetar toda tu creación. Me hago responsable y pido perdón por la tentación de sentirme más que otros o y buscar en ellos la culpa que me corresponde a mí. Quiero entrar en el misterio de saberme, hija amada por su Padre. Ya al pedirlo, siento que Su regalo me inunda y llena. Ayúdame a permanecer unida a Ti, Bendito seas.

Gracias Señor

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