Evangelio martes 1 de junio

Martes 1 de junio de 2021 | Juan Francisco Bravo

1° de JUNIO del 2021

Evangelio según San Marcos, capítulo 12, 13 - 17

Martes de la Novena Semana del Tiempo Ordinario

San Justino, Mártir. Memoria Obligatoria

Le enviaron después a unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones. Ellos fueron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarla o no?". Pero él, conociendo su hipocresía, les dijo: "¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario". Cuando se lo mostraron, preguntó: "¿De quién es esta figura y esta inscripción?". Respondieron: "Del César". Entonces Jesús les dijo: "Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios". Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

A Dios lo que es de Dios

Jesús me dice: "Este evangelio habla de alinear el altar de tu corazón. Es en ese altar donde mi palabra, el logos, se organiza para hacerse carne. Es en ese altar donde tu ofrenda, el pan y el vino, se transforman en mi cuerpo y mi sangre. Entonces: ¡ordena tu corazón! ¿Qué, de lo tuyo, es de Dios?¿Dónde está tu corazón y qué es lo que lo hace latir? Y ahí, en ese lugar, es donde te invito a discernir, para que veas con claridad qué nace de ti y de tu amor (de NUESTRO amor) y, por otro lado, qué nace de tratar de huir de mí para servir al César o a cualquiera de tus dioses falsos."

Esta meditación me hace recordar el cuidado y el cariño que se pone cuando se prepara un altar. Cómo se alinean las ofrendas, los símbolos, las especias, los sacramentos y, sobre todo, uno mismo para hacer un sacrificio lo más profundo y pleno posible. En mi propio corazón también puedo ordenar mis afectos, mis sentimientos, mis intenciones y mis reacciones. Quiero preparar mi corazón como un altar para celebrar, ofrendar, agradecer, admirar y pedir perdón a Dios. Alinear mi corazón me ayuda a usar mi palabra con integridad. Y esa palabra, orientada a Dios, se vuelve poderosa y sanadora para mí y los míos.

Señor, ayúdame a ordenar mi corazón. A sentirlo profundamente en cada minuto y estar consciente de cómo se mueven mis sentimientos y cómo llevo el altar de mi vida. Muéstrame cómo hacer que todo mi ser se oriente hacia tu amor que se derrama. Muéstrame cómo dejar de sentir miedo y acomodarme, conformarme o relegarme. Hazme valiente. Déjame ser testigo de la liturgia de la vida, donde tu cariño transforma mi corazón y es semilla de una palabra sana y plena, que germina hacia el mundo y entrega un fruto de serenidad y completitud que es, precisamente, lo que tú quieres compartir con tus hijos.

AMÉN

 

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