Evangelio martes 13 de julio

Martes 13 de julio de 2021 | Juan Francisco Bravo

13 de JULIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 18, 1 - 4

Fiesta de Santa Teresa de Los Andes, virgen.

En aquella misma ocasión los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: -¿Quién es el más importante en el Reino de Dios? Jesús llamó entonces a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: -Les aseguro que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no podrán entrar en el Reino de Dios. El más importante en el Reino de Dios es el que se humilla y se vuelve como este niño.

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

¿No deja las noventa y nueve restantes?

Jesús pareciera decirme: "¿No deja el pastor las noventa y nueve restantes en la montaña para ir a buscar la que se extravió? Así voy a buscarte yo a ti, y no una vez ni setenta veces siete, sino que todas las veces que sea necesario. No hay límites. Así estoy yo para ti. Siempre. Y lo hago por amor, porque te quiero, porque eres de los míos, porque prefiero que estés conmigo a que andes por cualquier lado. Así que arriba ese ánimo, arriba esa esperanza, que lo importante está y va a estar siempre."

En este texto me identifico con la oveja perdida. Me da risa pensar que más que la oveja perdida, soy la oveja buena para arrancarse, la 'oveja problema' que una y otra vez anda enredada en los alambres de púas, se pierde, se adelanta, se queda atrás. Y me lleno de gratitud porque sé que soy bienvenido en el rebaño. Me siento amado por Dios, me siento acogido por Jesús y, sobre todo, me siento llamado a reconocer ese cariño y dar fe de él frente a otros que son como yo: que no tienen las cosas perfectas, que se equivocan, que se meten en problemas.

Jesús, gracias por venir una y otra vez a recogerme, por buscarme y encontrarme en los 'turbios fondeaderos donde van a recalar barcos que en el muelle para siempre han de quedar', como dice el tango. Que todos vean tu amor, que todos vean tu misericordia y tu fidelidad. Gracias por levantarme una y otra vez. Gracias por mostrarme tanto amor y paciencia. Quiero aprender de cada una de mis caídas y ser mejor, ser más fiel y más profundamente tuyo. Que Santa Teresa de Los Andes me ayude a ser un hijo que se sabe querido por Ti.

AMÉN

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