Evangelio martes 13 de octubre

Martes 13 de octubre de 2020 | Juan Francisco Bravo

13 de OCTUBRE del 2020

Evangelio según San Lucas, capítulo 11, 37 - 41

Martes de la Vigésima Octava Semana del Tiempo Ordinario

Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

... por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos!

Jesús me dice: "Tú te pones incómodo cuando ves que soy invitado a la casa del fariseo y comienzo a increparlo. Quisieras que fuera más correcto. Pero mi padre no me pide corrección, me pide fidelidad: fidelidad a lo que veo, a lo que el Espíritu Santo suscita en mí. Por eso no solamente increpo a este fariseo que está perdido, sino que derechamente lo llamo insensato. Porque es verdad: es insensato desvivirse por lo externo si no se cultiva también lo interno. Tú, como yo, aprende a encontrarte con esa claridad y sacarla afuera.

Me impresiona que Jesús sea invitado a un lugar y termine ofendiendo a quien lo invita. Sé que podría sacar mil lecciones de este texto, pero lo que realmente me toca el corazón es el deseo profundo de hacer como Jesús. Si algo me parece mal, decirlo. Aunque no sea lo más cómodo o expedito. Ser yo mimo mi punto de partida. Quisiera aprender a ser fiel a mí mismo, a lo que creo. Como Jesús, que en vez de guardarse lo que piensa por no ofender a su anfitrión, lo dice claramente. Me duele verme así, atorado, atemorizado de abrir lo que llevo dentro.

Jesús, maestro y amigo, gracias por el camino que me muestras. Muéstrame tu camino y enséñame a caminar contigo. Gracias por el don de la palabra. Tú, que eres el Verbo hecho carne, muéstrame cómo ejercer mi palabra con valentía, sabiduría y verdad. Envía el Espíritu Santo para que me acompañe todos los días en lo que hago, y así tener claridad en lo que pienso, elocuencia en lo que digo y consecuencia en lo que hago. Enséñame a aceptar con valor y sencillez las consecuencias de articular mi palabra.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000