Evangelio Martes 18 de Febrero

Martes 18 de febrero de 2020 | Juan Francisco Bravo

18 de FEBRERO del 2020

Evangelio según San Marcos, capítulo 8,14 - 21

Martes de la Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca.
Jesús les hacía esta recomendación: "Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes". Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan. Jesús se dio cuenta y les dijo: "¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida. Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?". Ellos le respondieron: "Doce". "Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?". Ellos le respondieron: "Siete". Entonces Jesús les dijo: "¿Todavía no comprenden?".

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado.

¿Todavía no comprenden?

Es como si Jesús me dijera: "¿De qué te preocupas? ¿por qué sigues pegado en las mismas discusiones de cosas que ya discutimos y que ya solucionamos? Tú y los tuyos van a estar bien. Si les falta algo, es porque deben aprender de esa carencia. Si tienen algo es para que lo agradezcan y sigan adelante. Entonces ¿por qué sigues pasando el día preocupado de lo pequeño, si yo te llamo a que te ocupes de lo grande? ¿todavía no comprendes hijo querido?

Yo también ando, como los discípulos, preocupado del pan del día. Y sé que eso no es lo que mejor ocupa mi tiempo. Nunca me ha faltado lo básico, y si me llegara a faltar, perfectamente puedo apretarme un poco el cinturón. Quisiera enfocarme en cosas como mantener mi intención, ser fiel a la oración que he levantado, escuchar la voz de Dios en el tiempo y en la vida cotidiana, transmitir el amor que recibo o tantas otras cosas. Pero me dejo llevar por la preocupación que me generan los negocios de este año que empieza. Quisiera tener más claridad.

Jesús, amigo mío, dame la serenidad y la fe que necesito para concentrarme en aquello que realmente tú me pides. Quiero ser tuyo y preocuparme de tus cosas. Ayúdame a sortear el miedo que me provoca no tener asegurado el sustento. Enséñame a ser sencillo y transparente anti mi propia vulnerabilidad. Que me preocupe más por ser fiel a ti y a tu palabra que por parecer exitoso ante mis hermanos. Haz que mi trabajo me encamine hacia la mesa de tu padre, y que los frutos no sean más que el reflejo del valor que voy generando para mis hermanos.

AMÉN

 

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