Evangelio martes 18 de mayo

Martes 18 de mayo de 2021 | Juan Francisco Bravo

18 de MAYO del 2021

Evangelio según San Juan, capítulo 17, 1 - 11a.

Martes de la Séptima Semana del Tiempo de Pascua

Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: "Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado. Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera. Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra. Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti."

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Yo ruego por ellos

Es como si Jesús me dijera, después de implorar al Padre: "Yo pido por ti. Yo pido al Padre por ti. Y, al hacer esto, estoy tomando una opción por ti, que has elegido seguirme. Y esa elección mía, también involucra al Padre. Y si yo, el Buen Pastor, el que es uno con el Padre que todo lo puede y que ve en lo secreto, si yo te digo que te cuido, entonces no tienes ningún motivo para sentir miedo. Porque lo que venga va a ser para mejor. No te prometo comodidad, no te prometo bienestar. Te prometo que estás y que vas a estar tan bien como puedes estar."

Al enfrentarme a este texto me siento abrumado por la profundidad de su mensaje. Lo siento ten teológico y tan poco vital. Y, sin embargo, cuando profundizo en mi meditación, me doy cuenta de que Jesús me está hablando directamente a mí, desde el centro de su corazón hacia el centro del corazón mío. Me dice que soy uno de los suyos, me dice que estará todo bien, me dice que Él pide por mí, me dice que Él no estará físicamente conmigo porque estará con el Padre. Me siento inundado por el amor de Cristo. Siento ganas de unirme al Padre para glorificar a Cristo.

Jesús, amigo, gracias por hablarme con tanta dedicación y delicadeza a mí, de una forma tan personal, en este texto que es tan universal y profundo. Gracias por el Espíritu Santo que llena mi corazón con el amor que me das. Que Dios Padre te siga amando, que todos los hombres te alaben, que nuestras vidas sean una continua acción de alabanza y gratitud a Ti. Regálame unirme contigo al Padre. Regálame fidelidad al ideal personal que tú me has regalado. Úneme a Ti, a tu Madre, a tu Santuario y a la historia de amor que me has regalado.

AMÉN

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