Evangelio martes 2 de marzo

Martes 2 de marzo de 2021 | Juan Francisco Bravo

2 de MARZO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 23, 1 - 12.

Martes de la Segunda Semana del Tiempo de Cuaresma

Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: "Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen 'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco 'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Que el más grande entre ustedes se haga servidor de los otros

Jesús diciéndome: "Que el más grande entre ustedes sirva. Ayuden. Piensen en los demás. Hagan el mundo un lugar mejor. Y mis advertencias contra los fariseos no son por un disgusto mío, sino que porque es algo que les hace mal a ustedes. Les hace mal estar llenos de sí mismos. Les hace mal estar pendiente de qué honores les prestan sus hermanos. Les hace mal estarse comparando con sus pares y pasarse la vida buscando explicaciones para justificar que ustedes son mejores, más importantes, más felices o lo que sea. Mejor sirvan. Alegremente."

Siento que este texto es un llamado a entender profundamente el servicio a mis hermanos. También me sirve para reconocer que yo también quiero ser el más grande y que, por lo tanto, tengo que aprender a servir. Me pregunto de qué forma puedo servir a los demás siendo fiel a mí mismo. Siento que para mí es particularmente importante tener presente el ejemplo que da este texto de los fariseos. Me reconozco a mí mismo en ellos o, al menos, a una tendencia mía que llevo dentro. Quiero aprender a servir sencillamente. Aprender a hacerlo sin ponerme al frente, sin sentir que merezco que los demás me llenen de aplausos.

Querido Jesús, gracias por invitarme a presenciar este texto tan lindo y que me hace tanto bien. Yo quiero ser amigo tuyo. Quiero aprender a servir sin aspavientos, como serviste tú. Muéstrame cómo dejar atrás mis instintos farisaicos, que me hacen desperdiciar tanta energía en comparar cómo estoy yo respecto a mis hermanos. Ayúdame a servir con sencillez y de buena manera. Muéstrame lo mucho que me ayuda el hacerme uno con tu creación, y aprender a servir como parte de tu plan, como instrumento de tu reino.

AMÉN

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