Evangelio martes 22 de junio

Martes 22 de junio de 2021 | Juan Francisco Bravo

22 de JUNIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 7, 6.12 - 14.

Martes de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario

No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos. Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.

Meditación de Juan Francisco Bravo Collado

Ni arrojen sus perlas a los cerdos

Lo más sagrado que tienes es tu presencia. Y tu presencia, que es un regalo que te dio mi Padre con la existencia, reside en la atención que prestas a las cosas que hace. Tu foco, tu concentración, tu mirada es el tesoro más grande que tienes. Porque, si bien el tiempo pasa sin que tú puedas decidir cuán rápido o lento va, tú sí puedes decidir a qué le entregas tu atención. Es decir: tu poder radica en tu atención. Entonces, ¡no des las cosas sagradas a los perros! ¡no des perlas a los cerdos! Aprende a identificar por dónde va caminando tu mente y, una vez que seas capaz de darte cuenta lo que estás haciendo, a elegir en qué pones tu atención.

En este texto me llama a cuidar mi atención. Y, aunque no me sorprende que sea importante, me sorprende encontrarlo de forma tan clara en el evangelio una vez que profundizo en mi meditación. Siento que he descuidado mi presencia en muchas dimensiones. Y, con esto, no me refiero a mi presentación personal, sino que a mi capacidad de estar presente y concentrado para quienes están conmigo. Mi capacidad de hacer lo que estoy haciendo con completa dedicación. Quiero que el tesoro más lindo que tengo, es elegir en qué pongo mi mirada y esté enfocado en construir el Reino, agradecer sus regalos y alabar su grandeza.

Jesús, haz que pueda poner toda mi atención en cada tarea que emprendo. Ayúdame a entregar todo mi cariño y todo mi ser en cada acto que realizo. Regálame claridad para mantener mi mirada fija y animada en el Ideal Personal que me regalaste. Hazme fluir abandonado en tus manos. Muéstrame cómo accionar desde el centro de mi corazón. Dame poder personal. Dame libertad. Dame poner manos a la obra en lo que me propongo y que te ofrezco. Regálame la fecundidad en todo aquello que tú quieras que florezca. Regálame sencillez y sabiduría en cada intento que no llega al fruto que yo esperaba.

AMÉN

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