Evangelio martes 26 de marzo

Lunes 25 de marzo de 2019 | Francisco Bravo

26 de MARZO del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 18, 21 – 35

Martes de la Tercera Semana del Tiempo de Cuaresma

Se acercó Pedro y dijo a Jesús: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?". Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Dame un plazo y te pagaré todo". El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: "Págame lo que me debes". El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: "Dame un plazo y te pagaré la deuda". Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: " ¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?" E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos".

Meditación de Francisco Bravo Collado

El que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí...

Es como si Jesús me dijera: "No está bien que te pases tu tiempo juzgando a tus hermanos. Reconoce tus propias debilidades y sé más misericordioso con tus hermanos. Mi mensaje no lo debes interpretar sólo como una declaración de amor de Dios hacia ti, sino que también como un ejemplo de cómo debes amar a tus hermanos. Ama y perdona como yo. Mi juicio es al final de la historia. No ahora. Y hace dos mil años que los redimí a todos: buenos y malos, para que sean salvos para siempre. Ahora conviértete y deja que tus hermanos se conviertan. No juegues a juzgar tú."

Me impresiona este evangelio. No siento que tenga que perdonar a mucha gente, pero cuando miro dentro de mi corazón me doy cuenta de que soy bueno para juzgar al resto: de uno pienso que anda siempre atrasado, de otro que es demasiado cuadrado, de otro que debería ser más considerado con sus hijos, etc. Me pongo a juzgar, cuando mi rol no es ese. Es verdad que hay cosas que son objetivamente malas para el hombre, pero no soy yo quien va a juzgar a las personas, especialmente cuando veo que ni siquiera he solucionado mis propios temas.

Señor, te pido perdón porque me tomo las atribuciones que no me corresponden. Me pongo a juzgar y a exigirles a otros que paguen sus deudas, cuando yo sé bien que la deuda que tengo contigo no te la he pagado nunca, y que tú me la perdonaste. Enséñame a exigir a quienes debo exigir sin juzgarlos a ellos, sino que buscando que lo que hacemos sea más efectivo y traiga mejores resultados para tu reino. Gracias por hacerte hombre, y venir a nosotros para predicar con el ejemplo y no solamente con teorías.

AMÉN

Comentarios
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000