Evangelio martes 29 de octubre

29 de OCTUBRE del 2019

Evangelio según San Lucas, capítulo 13, 18 - 21

Martes de la Trigésima Semana del Tiempo Ordinario

Jesús dijo entonces: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas". Dijo también: "¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa".

Meditación de Francisco Bravo Collado

... y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas.

Jesús me dice "Imágenes. Usa estas imágenes que te estoy dando. Medítalas y acércate a ellas. Es cierto que son metáforas –son palabras-, pero también quiero que tú, que buscas el Reino de Dios, las hagas carne; tal como el verbo –la palabra- se hizo carne. Esta primavera te invito a que dejes de lado tus aprensiones sobre tu seguridad, sobre qué va a pasar contigo, y que te abandones a que ese granito de mostaza que yo sembré se convierta en el arbusto donde encuentras cobijo."

Los últimos días me he descubierto a mí mismo embargado por la incertidumbre del futuro. ¿Qué vamos a ser si pasa tal cosa? ¿cómo vamos a arreglar la situación de tal otra? Y ahora veo, en esta meditación, que Jesús me invita, no solo a dejar en manos de Él estos asuntos, sino que además a inspirarme en esta imagen para construir el Reino de Dios. Simultáneamente, siento que me invita a una oración más corporal y con la imaginación que simplemente con el silencio. A imaginar el árbol. A mirar los árboles a mi alrededor, los pájaros que viven, a pensar en la semilla que dio luz a ese árbol.

Jesús, tú siempre me sorprendes. Bendito seas, porque cuando creo que entiendo un poco la forma en la que me invitas a rezar, me inspiras a descubrir nuevas formas de conversar o pasar tiempo contigo. Gracias por buscarme para que seamos amigos. Te ofrezco que yo también te voy a buscar y que voy a sumarme a todas las invitaciones que me hagas hoy día. Como ofrenda para que esta meditación sea fecunda, voy a vivir con desprendimiento y comer solo lo que se me ofrezca. También voy a fijarme en los arbustos y los pájaros que viven en ellos.

AMÉN