Evangelio miércoles 11 de noviembre

Miércoles 11 de noviembre de 2020 | Osvaldo Andrés Iturriaga

11 de NOVIEMBRE del 2020

Evangelio según San Lucas, capítulo 17, 11 - 19

Miércoles de la Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario

San Martín de Tours, Obispo. Memoria obligatoria

Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!". Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados. Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano. Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?". Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?"

Siento como si Jesús me dijera "yo estoy siempre contigo, acompañándote, actuando en tu vida, ¿eres capaz de verlo? Muchas veces estás tan ocupado en tus propios asuntos, preocupado de lo que te parece urgente, que crees que estás solo, que todo depende de ti. Tanto, que cuando te visito a través de las personas, a través de distintos momentos en tu día a día, no eres capaz de verme. Das todas tus bendiciones por obvias, y con ello dejas de sentirte agradecido, dejas de saberte necesitado de mí".

En este año tan complejo, con frecuencia caigo en el desánimo, en quejarme y reclamarle a Dios, pidiéndole que se haga presente. Con este Evangelio, veo que el agradecimiento hacia el Señor no tiene que ver con esa lógica justiciera de "siempre le pedimos a Dios, nunca le agradecemos" que recuerdo del colegio, sino con que la gratitud me hace experimentarme hijo necesitado y sobre todo muy querido del Padre. Me hace consciente además de cómo el Señor actúa en mi vida, que cada momento es una visita suya, un regalo al que debo estar siempre atento para que no pase desapercibido.

Querido Señor, te doy gracias de todo corazón por tu Palabra, que siempre renueva todas las cosas. Regálame poder tener un corazón agradecido, que sepa verte en mi vida diaria y que las preocupaciones o problemas no me impidan ver las bendiciones que continuamente me envías. Ayúdame a tomarme el tiempo de agradecer, de poder cada día contemplarte en gratitud por tu amor, para llenarme de tu paz y poder llevarla a todos quienes pones en mi camino.

AMÉN

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