Evangelio miércoles 18 de agosto

Miércoles 18 de agosto de 2021 | Osvaldo Andrés Iturriaga

18 de AGOSTO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 19, 30.20, 1 - 16

Miércoles de la Vigésima Semana del Tiempo Ordinario

San Alberto Hurtado, presbítero. Memoria obligatoria

Jesús dijo a sus discípulos: «Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros. porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña. Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo'.
Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: '¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?'. Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha contratado'. Entonces les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'. Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros' Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario,
diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada'.
El propietario respondió a uno de ellos: 'Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?'. Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos».

Meditación de Andrés Osvaldo Iturriaga Berríos

"Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece?"

Siento como si Jesús me dijera "¿Cuántas veces te sorprendes a ti mismo reclamando por lo que tienen o no los demás? ¿Sientes que no te he dado lo suficiente? Cuando pienses que otros han recibido mucho, o que reciben más de lo que merecen, piensa mejor en las bendiciones que tú si has recibido y que continúas recibiendo. Verás que el Padre te ama; lo que Él dé a otros no es asunto tuyo. Como en tantas cosas, los criterios de Dios son muy distintos a las nociones de justicia que puede tener el mundo".

Me pregunto cuánto de mi sufrimiento y angustias se relacionan directamente con cómo me comparo con otros: sus logros versus los míos, sus éxitos, sus posesiones, etc. Cuán libre, cuánto peso me sacaría de encima si, en lugar de eso, dedicara mis energías a apreciar y gustar diariamente de todo lo que recibo de Dios. Pienso, además, cómo cambiaría nuestro mundo si todos fuésemos capaces de alegrarnos verdaderamente por las bendiciones que recibe el otro, sin sentirnos menos o sin ponernos a cuestionar si esa persona "merece" ante nuestros ojos humanos lo que ha recibido.

Querido Señor, este Evangelio me confronta directamente con algo que no me gusta de mí. Vistos a través de tus ojos, mis criterios "justicieros" parecen más bien mezquindades o pequeñeces. Ayúdame a ver siempre con tu mirada que va mucho más allá de nuestro entendimiento, para poder alegrarme con las alegrías de otros, para apreciar y agradecer lo que me regalas día a día, y también para luchar por la verdadera justicia que tú nos traes, esa que nos llama a reconocernos a todos como hermanos, hijos del mismo Padre.

AMÉN

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