Evangelio miércoles 21 de julio

Miércoles 21 de julio de 2021 | Osvaldo Andrés Iturriaga

21 de JULIO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 13. 1 -9.

Miércoles de la Décimo Sexta Semana del Tiempo Ordinario

Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que oiga!".

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Él les habló extensamente por medio de parábolas".

Siento como si Jesús me dijera "es imposible para la mente humana comprender o aprehender completamente el Reino de Dios, ya que es una realidad más allá del tiempo o del espacio como lo perciben ustedes. Pero al mismo tiempo, es algo que todos pueden llegar a vislumbrar; por eso les hablo en parábolas, con imágenes sencillas y cotidianas, para que todos los que quieran oír, puedan hacerlo. Porque yo vine a acercar el Reino de Dios a ustedes, no a alejarlo, para que oyendo puedan ser parte de él y construirlo aquí en la Tierra".

Siempre me ha llamado la atención que Jesús siempre entrega sus enseñanzas en un lenguaje tan simple y cercano. Imagino que Él comprendía mejor que nadie nuestras limitaciones para entender realidades que superan nuestra experiencia humana, y en su infinita ternura nos habla con ejemplos que a primera vista podrían parecer hasta simplones. Por lo mismo, me siento llamado a no sobre complicar todo, a no pasar todo por el filtro de la racionalización, y simplemente oír la parábola y preguntarme "¿qué tipo de tierra soy?" ¿Soy la tierra buena, o la llena de espinas? ¿O la tierra poco profunda?

Querido Jesús, gracias por tu cercanía, porque pese a ser el Hijo de Dios, te expresas de una manera mucho más sencilla que muchos de quienes queremos seguirte. Ayúdame a ser esa tierra buena que da frutos; que las espinas de las preocupaciones del mundo no me distraigan, que la semilla de tu Palabra pueda tomar raíz en mí, para que mi fe sea profunda y no claudique a la primera. Que María tu Madre me lleve de la mano hacia Ti para nunca perder la conciencia de ser un hijo, necesitado de tu guía y de tu Palabra.

AMÉN

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