Evangelio miércoles 28 de agosto

Martes 27 de agosto de 2019 | Ignacio Torres

28 de AGOSTO del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 23, 27 - 32

Miércoles de la Vigésima Primera Semana del Tiempo Ordinario

San Agustín de Hipona, Obispo, Doctor y Padre de la Iglesia Memoria obligatoria

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro ¡llenos de huesos de muertos y de podredumbre! Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo!: 'Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas' De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!

Meditación Ignacio Torres Karmy

"Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad"

Jesús pareciera decirme: Cuídate querido amigo de las apariencias y actitudes de los hombres. Lamentablemente viven empecinados por acumular éxitos y ser reconocidos por los demás; pero en fondo son pobres y viven tristes e inquietos buscando ser amados. No puedes imaginarte el vacío del corazón de estos hijos míos y cuánta necesidad de misericordia y verdad. Te animo a que puedas acogerlos, y mirarlos con alegría y amor; no tengas miedo del rechazo.

El evangelio de hoy, me invita a tomar conciencia del tiempo que hoy vivo, bombardeado permanentemente con un estilo de vida tan lejos del evangelio de Cristo. El fin del hombre de hoy está marcado por tener y cosechar éxito y poder; y donde yo estoy navegando en medio de ello. Tensionado muchas veces por vivir consistentemente mi opción cristiana, y por la otra, de "tener" y realizarme en este mundo. Cuántas veces he actuado como fariseo, vanagloriándome de mi amor a Dios.

Señor mío y Dios mío, el mundo que me ha tocado vivir tiene un hambre y sed infinita por tener y cosechar poder y éxito. No te imaginas lo que me ha costado vivir consecuentemente mi fe. Bien sabes que generalmente caigo y me confundo en medio de la masa. Pero ahí estás siempre mi Señor, que no te cansas de mí; y aún más, me invitas a amar al hombre con tu inmensa misericordia. A no tomar distancia, sino que, compenetrado en el corazón de cada persona, ser luz de Esperanza.

AMÉN

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