Evangelio miércoles 29 de septiembre

Miércoles 29 de septiembre de 2021 | Osvaldo Andrés Iturriaga

29 de SEPTIEMBRE de 2021

Evangelio según San Juan, capítulo 1, 47 - 51

Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez". "¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera". Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Verás cosas más grandes todavía"

Siento como si Jesús me dijera "yo no he terminado contigo todavía. He estado contigo a lo largo de toda tu vida; en tu experiencia de familia, tus amigos, a través de las personas que te quieren. Has tenido tantas experiencias de vida donde has sentido mi cercanía, y a veces caes en la melancolía de sentir que todo eso ya pasó, que tu vida ahora es mucho más compleja, que ahora tienes muchas más responsabilidades y que ya no tienes el tiempo o la energía de antes. ¡Nada de eso! Ten fe, espera en mí. Yo estoy contigo hasta el final."

En mi época de juventud universitaria, tuve la gracia de poder vivir en forma muy comprometida mi fe; participé en diversas instancias donde pude experimentar en forma muy patente la presencia de Dios, probablemente con un corazón bastante más abierto que ahora. Con los años, he empezado a mirar con nostalgia, pero también algo de distancia ese período, como si fuera algo irrepetible. Hoy el Señor me recuerda que, por mucho que esté en un momento muy distinto de mi vida, el llamado a buscarlo con fe es el mismo de siempre, y que si me abro volveré a encontrarme con Él con esa misma intensidad.

Querido Jesús, gracias por estar presente desde siempre en mi historia. Gracias por cada memorial de tu presencia que me has regalado a través de los años, en las circunstancias más distintas. Ayúdame a buscarte siempre con pasión, a que los golpes, las responsabilidades o el exceso de racionalidad no me hagan mirar la fe profunda en Ti como algo ingenuo o infantil, sino como la verdadera fuente de mi felicidad. Ayúdame a permanecer cerca tuyo, para poder seguir viendo tu acción en mi vida, y así llevar tu amor y paz a los demás.

AMÉN

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