Evangelio miércoles 31 de marzo

Miércoles 31 de marzo de 2021 | Osvaldo Andrés Iturriaga

31 de MARZO del 2021

Evangelio según San Mateo, capítulo 26, 14 - 25

Miércoles Santo

Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes
y les dijo: "¿Cuánto me darán si se lo entrego?". Y resolvieron darle treinta monedas de plata. Desde ese momento, Judas buscaba una ocasión favorable para entregarlo.
El primer día de los Ácimos, los discípulos fueron a preguntar a Jesús: "¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?". El respondió: "Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: 'El Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos'". Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua.
Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían, Jesús les dijo: "Les aseguro que uno de ustedes me entregará". Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: "¿Seré yo, Señor?". El respondió: "El que acaba de servirse de la misma fuente que yo, ese me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!".
Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó: "¿Seré yo, Maestro?". "Tú lo has dicho", le respondió Jesús.

Meditación de Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos

"Les aseguro que uno de ustedes me entregará"

Siento como si Jesús me dijera "sí, es muy posible que me falles. Es muy posible que sucumbas ante la debilidad, ante el miedo, la incertidumbre, o el no comprender hacia dónde vas. Es muy probable que en algún momento las circunstancias te convenzan de que tus propios planes o criterios son mejores que los míos; que en algún momento te parezca una locura seguirme, que ya no tiene sentido, y que me abandones. Tu fe no está asegurada. Por eso, debes perseverar, abrirte realmente a seguirme, incluso cuando las cosas parezcan no ir a tu favor. Yo quiero lo mejor para ti, y sabes que yo convierto a la muerte en Resurrección".

Históricamente, hemos condenado la figura de Judas, incluso convirtiendo su nombre en sinónimo de traidor. Pero me pregunto, ¿cuántas veces yo mismo he traicionado a Jesús, al actuar en forma contraria al Evangelio? ¿Cuántas veces lo he "vendido", al disociar mi trabajo o mis labores de su mensaje, sin preocuparme si el fruto de mis acciones -o mis inacciones- es perjudicial para otros? ¿Es mi fe en Jesús el eje que mueve mi vida, o es simplemente un accesorio al servicio de mis propios intereses y "tranquilidad espiritual"?

Querido Jesús, tal como Judas, conocerte me produce fascinación y el anhelo de seguirte, pero al mismo tiempo soy muy duro de cabeza, débil, egoísta, al punto de olvidarme en muchos momentos de ti y renegar de ti, dejándome llevar por mis propios impulsos e ideas. Regálame un corazón humilde y abierto a tu palabra, para poder seguirte confiadamente, con esperanza, sabiendo que si tropiezo estás siempre esperando recibirme. En esta Semana Santa, ayúdame a mirar con fe la Cruz que me pones, sabiendo que es el camino a la Resurrección.

AMÉN

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