Evangelio miércoles 7 de agosto

Miércoles 7 de agosto de 2019 | Alejandra Castelblanco

7 de AGOSTO del 2019

Evangelio según San Mateo, capítulo 15, 21 - 28

Miércoles de la Décimo Octava Semana del Tiempo Ordinario

Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: "¡Señor, Hijo de David, ¡ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio". Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: "Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos". Jesús respondió: "Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel". Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: "¡Señor, socórreme!". Jesús le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros". Ella respondió: "¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!". Entonces Jesús le dijo: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!". Y en ese momento su hija quedó curada.

Meditación de Alejandra Castelblanco de Prieto

""Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos.""

Jesús parece decirnos: puede parecer que a veces no los escucho, o que pretendo otra actitud de ustedes para hacerse escuchar. Bien, aprovechen todos los medios que les he regalado: la oración, los Sacramentos, la Palabra y también la intercesión de los Santos. Ellos están a mi lado y los escuchan y quieren su bien. Cuando ellos reciben sus súplicas, me las hacen saber para que reciban ayuda. Hay diversidad de dones, de carismas y caminos para llegar a un mismo objetivo: el Reino de los Cielos y los Santos ya lo han alcanzado.

Qué bueno que existan tantos medios para acercarse a Dios. En particular, María para mí es la gran intercesora, por la cercanía de madre con Jesús y con nosotros. Pienso en el día a día, en problemas cotidianos como la pelea de una hija con una amiga. Se dicen cosas duras y ofensivas. Agradezco a Dios haber estado ahí, el haberla podido acoger, escuchar y aconsejar. La segunda etapa es adoptar una postura, el reconocer la dignidad de hija de Dios, que la ayude a ponderar la situación y resolver el problema. En todo momento pedí a María su ayuda, invoqué al Espíritu Santo y pude sentir la tranquilidad de estar haciendo lo correcto.

Querido Señor: quiero insistir, preguntarte y "molestarte" siempre hasta quedar en paz y que mi fe se haga más fuerte. Enséñame a ser valiente, perseverante, a preguntar a las fuentes que Tú pones en nuestro camino. Hazme conocer a los santos, a pedir su ayuda y seguir su ejemplo para tener nuevas herramientas que conducen a los brazos del Padre. Hazme trabajar sin descanso por el Reino para que nos sintamos cada vez más parte importante de la Iglesia. Que los sacramentos y los medios ascéticos sean mi bandera de lucha en el camino de la fe y así no desviar el camino a ejemplo de nuestra Madre María.

AMÉN

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