Evangelio sábado 12 de junio

Sábado 12 de junio de 2021 | Gonzalo Manzano

12 de JUNIO del 2021

Evangelio según San Lucas capítulo 2, 41 - 51.

Sábado de la Décima Semana del Tiempo Ordinario

Inmaculado Corazón de María. Memoria obligatoria

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.

Meditación de Gonzalo Manzano González

Jesús parece decirme: El corazón de mi Madre es casi tan grande como el mío. Ella es capaz de albergar a cada uno de ustedes, su historia, anhelos, necesidades y errores, y los atesora para abogar por ustedes ante Mí. No tienen idea de lo que puede hacer. Si en las Bodas de Caná me convenció de convertir el agua en vino, imaginen lo que puede lograr si lo que está en juego es la salvación de cada uno de los que habitan en su corazón. Muchos de ustedes han hecho una Alianza con ella, y ese es un trato que ella jamás romperá, ya que está grabado a fuego en su corazón, porque Yo así lo he querido.

Mi Alianza con la Virgen está inscrita en su corazón inmaculado. Qué profundo es eso. Algo que parece tan efímero como la promesa hecha en el Santuario, tiene un trasfondo tan grande, que en realidad no logro dimensionarlo en serio. Quizás por eso es que le fallo tanto a esa promesa, pero ella no. Tantas veces la he defraudado, y ella no se rinde. Seguramente, no puede, luego de grabar mi nombre en su corazón. Claro, tengo que ponerme a tono con esa promesa y cambiar mis vestiduras para acercarme a la Reina, pero me cuesta tanto entre tantas cosas que tengo en la cabeza y en el corazón.

Señor Jesús, no quiero equivocarme más. Ya no quiero estar "al debe" en mi Alianza de Amor. En realidad, quizás nunca pueda estar a la altura, porque cuando lo esté, seguramente (creo) sería alcanzar la santidad; pero sí quisiera que, en el camino, al menos dé el ancho para que ella y Tú se sientan orgullosos. Me falta mucho por crecer y caminar, por lo que no dejen de guiarme, por favor. No dejen que mi soberbia rampante nuble mi buen juicio, ni que por eso me aleje de ustedes. Madre del Corazón Puro, te alabo junto a tu Hijo, porque das todo de ti para regalarme el camino.

AMÉN

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