Evangelio sábado 12 de octubre

Sábado 12 de OCTUBRE

Evangelio según San Lucas

Sábado de la Vigésima Séptima Semana el Tiempo Ordinario.

Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: ¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron. Jesús le respondió: Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.

Meditación de Gonzalo Manzano González

"¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!"

Jesús parece decirme: En ambos casos, estamos llamando "feliz" a mi Madre. Ella escuchó la Palabra de Dios y la puso en práctica, cuando luego de escuchar a Gabriel, aceptó humilde la promesa de mi Nacimiento. Y luego, me llevó en su seno y me amamantó. Y después de todas las penas que sufrió a causa de mi muerte en la Cruz, hecho que abrazó como si fuera ella misma la que moría conmigo en el madero, alcanzó la felicidad, la felicidad verdadera.
María es un ejemplo de vida. Claro, quizás no hay católico que discuta esto, pero pensarlo bien, no en el "qué es" sino en el "cómo lo hizo", hace muchísimo más importante su rol como persona en la historia de nuestra salvación. Ella supo ser madre soltera, asumió que su corazón fuese traspasado por una espada, regaló a su propio hijo para el perdón de nuestros pecados, sin guardarse ningún consuelo para ella, y a cambio, fue asunta al Cielo.
Seguir sus pasos es difícil, muy difícil, pero también nos demuestra que es posible,
diciéndome "si yo pude, tú también".
Señor Jesús, hoy veo a tu Madre llena de las flores que esta mujer del evangelio y Tú le
lanzan, invocando su felicidad y gozo por ser tu Madre. Quiero compartir con ella la alegría de conocerte, e invitarte a mi corazón tal como ella aceptó llevarte en su vientre. Me reconozco incapaz de esa santidad tan pura y delicada, pero no por eso dejaré de pedirle a ella para que interceda por mí ante Ti, y te convenza de regalarme los dones del Espíritu. Madre querida, alabemos juntos a tu Hijo para gloria del Padre.

AMÉN