Evangelio sábado 18 de enero

Sábado 18 de enero de 2020 | Gonzalo Manzano

18 de ENERO del 2020

Evangelio según San Marcos, capítulo 2, 13 -17.

Sábado de la Primera Semana del Tiempo Ordinario

Jesús salió nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía allí, y él les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió. Mientras Jesús estaba comiendo en su casa, muchos publicanos y pecadores se sentaron a comer con él y sus discípulos; porque eran muchos los que lo seguían. Los escribas del grupo de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a los discípulos: "¿Por qué come con publicanos y pecadores?".
Jesús, que había oído, les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".

Meditación de Gonzalo Manzano González

"No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores"

Jesús parece decirme: No da lo mismo ser pecador o no, ni se trata que el pecado es indiferente a los ojos del Padre. Yo vine a llamar a los pecadores porque son ellos los que necesitan más mi ayuda para alcanzar la salvación que Yo ofrezco. Mi muerte en la Cruz es la entrega de lo que a cada uno de ustedes pueda llegarles a faltar para resucitar, de manera que sólo les falte optar por ser salvados. Para esto, es fundamental que reconozcan que me necesitan, y que intenten al menos dejar de pecar. Si hacen esto, Yo me encargaré del resto.

Cuánta tranquilidad me dan estas palabras de Jesús. En múltiples ocasiones me he sentido "limpio", quizás incluso "justo", como dice el texto. Y ahí, sólo soy un fariseo más. Entonces, me doy cuenta de mi soberbia, y de la negación que estoy a mi necesidad de ser salvado. Jesús dio su vida por mí, ¿y yo ni siquiera me muestro agradecido de su sacrificio, reconociendo que lo necesito? Esta enorme mezquindad me hace de inmediato sentirme sucio en presencia de mi Señor. Entonces, y lamentablemente luego de toda esta vuelta, me reconozco pecador.

Señor Jesús, te alabo y te agradezco por quererme tanto, como para fijar tus divinos ojos en mí, y tratarme como si fuera el único que requiere de tu ayuda. Me ves especialmente, y buscas que yo abra mi puerta cerrada por la soberbia. De verdad yo quiero responder a tu llamado, y simplemente abrirte las puertas de mi corazón. No preciso más que tu sonrisa limpia, y tu mano bondadosa que me ayuda a ponerme de pie. Madre de Dios, te agradezco por abrir tu corazón y hace posible que la Humanidad pueda conocer la salvación.

AMÉN

Comentarios
Total comentarios: 1
19/01/2020 - 00:05:36  
Te doy gracias por Iluminar m por medio de tu Palabra y por la meditación de tus Santos Sacerdotes a seguir buscándote para llegar a la Santificación que tanto deseo para mi y para todas las almas.

Misael Glz
Mexico
Nombre:   Procedencia:
Comentario:
Código de seguridad:   captcha
Caracteres restantes: 1000